viernes, 18 de julio de 2014

Grandes pechos, amplias caderas de Mo Yan, (丰乳肥臀, 1996)


Impresiones diversas sobre un mismo libro difícil, lento pero que no le resta en absoluto la grandeza de una obra que nos relata, como ya estamos acostumbrados en los escritores chinos, la historia contemporánea china a través de las vicisitudes de una familia de campesinos, los Shangguan. La madre que no consigue dar a luz un niño, lo consigue tras siete partos. Serán gemelos, Jintong que dará continuidad a la estirpe y la octava hermana, ciega. Junto a ellos viviremos todas las situaciones de las hermanas tan diferentes entre sí pero unidas por una misma madre hacia la que profesan la devoción que la estructura social espera de ellas. La invasión de los japoneses, los conflictos internos, la Revolución Cultural, el Gran Salto Adelante con todas sus consecuencias que nos ha ido relatando la historia. Dada uno de estos acontecimientos golpearán sin piedad a la familia Shangguan pero el gran pilar de la familia, la madre que nunca se rendirá conseguirá sacar adelante a sus hijos, nietos, cuñados con una inventiva sin fin, una fuerte determinación y sobre todo , pase lo que pase, esta mujer no se rendirá nunca. Una madre que crecerá a un hijo varón consentido y caprichoso dándole el pecho hasta edad avanzada,  un hombre en el que todos han puesto sus esperanzas se transformará con el elemento débil de la cadena. El hombre que debería significar la fortaleza en la familia será un simple joven obsesionado con los pechos que se dejara manejar y vapulear por todas las mujeres presentes en su vida. Un libro que magnifica la figura materna, eje sobre el que se mueve el mundo, elemento que trasmite, que hace crecer y mantener al mundo y el pecho femenino como la fuente del que todos deben beber si quieren salir adelante. Una prosa aplastante, descriptiva hasta niveles fotográficos que nos trasporta a la China de otro tiempo gracias a las perfectas ilustraciones que de la pluma de este escritor brotan como la leche de un pecho materno.
Silvia

martes, 15 de julio de 2014

Oldboy de Chan-wook Park. (올드보이, 2003)


Tras pasar 15 años encerrado dios sabe dónde, Oh Dae-Su quiere descubrir porqué. Porqué ha estado encerrado entre aquellas cuatro paredes que acabaron convirtiéndose en su casa y que le atormentaron durante una década y media. Ahora debe tirarlas abajo a martillazos. Caiga quién caiga intentará recordar los pocos elementos que pudo percibir desde su cárcel y llegar hasta el cuartel general y desatar así toda su frustración contra sus carceleros. Sin embargo, no es suficiente. Debe encontrar a la persona que dio la orden, debe saber a toda costa quien pidió que lo encerraran y cuál era el motivo para enterrarlo en vida durante quince largos años. Mido, la joven cocinera que lo acogerá en su casa y lo acompañará en su Odisea será el único soporte emocional que resida en la vida de un hombre que ya ha perdido su rumbo. Trastornado e incapaz de razonar se lanza como un toro salvaje contra cada uno de los obstáculos que encuentra en su camino sin pensar, como si solo reinasen los instintos y ya todo atisbo del hombre que fue se hubiese perdido. El resultado de esta lucha atroz contra un hombre que no conoce pero que le odia profundamente, hasta el punto de haberlo matado en vida no conseguirá aliviar el malestar existencial de Daesu. El pasado que se abatirá sobre el como una pesada lápida de granito contra la que toda su fuerza no podrá mover sin un solo milímetro y destruirá en un par de minutos todo lo que quedaba en sus manos. Nada se salvará del hundimiento en un mar tan profundo que todas las brazadas que pueda dar no bastarán para tenerlo a flote. Una verdadera obra maestra del cine contemporáneo no sólo por la historia que trata si no como ha sido tratada. Con todo la brutalidad y violencia a la que nos tiene acostumbrados el cine coreano en la que no hay espacio para la censura ni las medias tintas, con esta desgarradora crueldad de la que son maestros nos harán sufrir las mismas torturas de las que Daesu ha sido víctima.

Silvia

lunes, 14 de julio de 2014

Las flores del cerezo de Doris Dörrie. (Kirschblüten – Hanami, 2008)


Un film sobre la relación entre la vida y la muerte, la proximidad de los dos estadios que se funden en un solo baile. Un matrimonio alemán Rudi y Trudi viven una vida tradicional en su pueblo natal. Cuando Trudi es informada por los médicos de que a su marido sólo le quedan unos meses de vida, lo convence de hacer un pequeño viaje, aunque lo que le gustaría a ella es viajar juntos a Japón para ver le monte Fuji. Trudi se conforma con ver a sus hijos pero en el transcurso de la visita se dan cuenta de que estos se sienten molestos. Sólo la novia de su hija pequeña entenderá a Trudi y su pasión por la danza Butoh. Entre ellas se creará un lazo de amistad comparable con los lazos que deberían unir a una madre con su hija, sólo ella verá en Trudi la verdadera esencia que se esconde en su interior. Sin embargo, los padres deciden marcharse a pasar unos días en la playa y descansar de todos pero Trudi se muere inesperadamente dejando un gran vacío interior en su marido que no consigue sobreponerse. Decidirá entonces marcharse a Japón y visitar a su hijo que vive allí llevándose todos sus ahorros y la ropa de Trudi para que de algún modo ella también pueda vivir ese viaje. El hijo de Rudi tampoco desea fervientemente la visita de su padre y se lo hará notar en cualquier ocasión. Rudi decide disfrutar de la experiencia y conoce a una joven bailarina de Butoh en un parque de Tokio. Entre ellos se teje una relación hermosa y  tranquila en la que ambos disfrutarán como niños de la presencia del otro. Ambos conseguirán abrir su mente para recibir las aportaciones vitales del otro sintiéndose en muchos momentos como una sola persona. Rudi conseguirá al fin reunirse en un último baile con su mujer, allí donde se encuentre, disfrutando del paisaje enmarcado con un magnifico Fuji que todo lo preside. Relaciones familiares difíciles, padres que se encuentra con hijos ya adultos convertidos en perfectos desconocidos. Afectos filiales sustituidos por personas recién llegadas que podrán entregar toda su alma a unos ancianos que solo buscan un poco de comprensión.
Silvia

Sepet de Yasmin Ahmad. (2004)


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Película romántica malasia en la que una joven y acomodada joven conoce a un chico de origen chino de familia humilde. El vende películas en el mercado local y ella quiere comprar uno que todavía no ha visto. Ese es el inicio de una historia fácil y sencilla en la que ninguna de las dos familias se interpondrá en sus vidas aceptando sencillamente la relación entre sus hijos. Pero ni siquiera para los jóvenes la vida es demasiado fácil y Jason cometerá un error garrafal que acabará destrozando a Orked. Pero sus padres que se convierten en sus mejores amigos y en un gran apoyo en todos los acontecimientos de su vida sabrán guiar a una chica que decide marcharse a Londres para acabar sus estudios y olvidar a su gran amor. Es una gran suerte poder disfrutar de una película de un país del que nos llegan obras con cuentagotas sobre todo si se trata de un ejemplo como éste que retrata perfectamente la sociedad local. 

Silvia

Three de Kim Jee-woon, Nonzee Nimibutr, Peter Chan. (三更, 2002)


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Un hombre que intenta recordar dónde está su mujer, porqué cuéndo vuelve a casa ya no está a su lado. Un maestro de marionetas moribundo y acuciado por el dolor recuerda su tragedia personal. Una marionetas maléficas que maldicen a todo aquel que intenta poseerlas, una trágica historia de sufrimiento e impotencia. Un hombre que busca a su hijo extraviado por las escaleras de un inmenso edificio de apartamentos se da de narices con un vecino que tiene a su mujer muerta en casa. La cuida y la protege esperando que un día se despierte tal y como le había prometido antes de morir. Secuestrado por este hombre aparentemente loco vivirá día a día la vida conyugal de este hombre con su mujer  muerta sin resignarse a perderla. Tres historias fantásticas caracterizadas por continuos flashbacks inquietantes con algunos momentos terroríficos dirigidas por tres hombres cuyas diferentes culturas han conseguido 
armonizar en un solo film.

Silvia

domingo, 13 de julio de 2014

La jungla 5: un buen día para morir de John Moore. (A good day to die hard, 2013)


La jungla de cristal 5 cartel poster
John tiene un hijo que como buen norteamericano ha seguido la tradición familiar y ahora trabaja para la CIA en misiones especiales. Pero John y su mujer están preocupados porque hace tiempo no tienen noticias de su hijo. Por eso John viaja hasta Moscú para entrar de lleno en una persecución por las calles de la capital rusa en la que prácticamente destruirán toda la ciudad y todo ello para que su hijo pueda llevarse a un científico ruso buscado por todos y al que tiene que salvar para conseguir un informe muy importante para la CIA. Pese a las reticencias del hijo, juntos acabarán trabajando para acabar con un complot familiar que intenta conseguir todo el uranio enriquecido necesario para crear armas atómicas. Al estilo de la Jungla de cristal y a tiro limpio y con un festival de puñetazos y bofetadas, John y su hijo entrarán metiendo caña y matando a los malos, porque eso es lo suyo. Esta película es un claro ejemplo que demuestra que los americanos no saben cuándo rendirse y poner fin a sagas que treinta años después resultan más bien ridículas. 
Silvia

sábado, 12 de julio de 2014

Asura de Keiichi Sato. ( アシュラ, 2012)


Todas las bajezas humanas reunidas en una sola cinta. Un bebé abandonado crece solo y salvaje sin más sustento que su propia fuerza para alimentarse. Sin educación y sin haber sido nunca integrado en la sociedad todo vale para una pequeña bestia salvaje, incluso matar y comer a sus semejantes con tal de sobrevivir y ver el nuevo día. Kioto en el siglo XV, devastada por el hambre, las calamidades naturales golpean a la población, el hambre, la sed diezman a la comunidad convirtiéndolos en bestias. Wakasa una joven inocente y amable ayuda al pequeño llamado Asura a entrar poco a poco en un mundo que desconoce por completo. La humanidad resumida en una pocas palabras amables, un abrazo quizás o una sonrisa devolverán al pequeño Asura un pedazo de vida que nunca tuvo. Pero Wakasa, la única que es capaz de comprender al muchacho, cambiará de comportamiento cuando una mínima parcela de su vida será amenazada. Mientras tanto el pueblo se organiza para acosar al pobre muchacho como una bestia. Un pueblo hambriento que ya no razona ni es capaz de pensar con claridad dará caza al único que no es responsable de sus desgracias. Pero Asura que lleva el nombre de los dioses sedientos de sangre luchará hasta el último aliento por una vida que le hace profundamente infeliz.
Silvia

Strawman de Tung Wang. (稻草人, 1987)


Un espantapájaros nos introduce en la primera escena de este filme en la que una pequeña aldea de Taiwan convive con el invasor japonés. Los campesinos viven en situación precaria, alimentar a sus hijos se convierte en una misión imposible pero los dos hermanos protagonistas se inventan de todo para dar de comer a todos los niños que han tenido. Mientras tanto el ejército norteamericano bombardea los campos para hacer sufrir aún más a la población pero una de estas bombas no estalla y el pueblo se encargará de estudiarla y trasportarla hasta los mandamás del Imperio japonés y rendirles así homenaje. Una triste situación contada desde un punto de vista divertido, casi cómico que nos hace olvidar de alguna manera los horrores de la guerra. 
Silvia

viernes, 11 de julio de 2014

Moving de Somai Shinji. ( お引越し, 1993)


Una niña pequeña debe enfrentarse al divorcio de sus padres. La experiencia será traumática para una joven que no acaba de entender el sentido del comportamiento de sus padres llegando incluso a preguntarse el porqué de su alumbramiento. Gracias a algún que otro flashback iremos descubriendo el pasado de sus padres y la niña gracias a sus amigas y otras personas que irá encontrando por el camino acabará por entender que lo que ella desea no es posible y que la única solución es mantener sólo los recuerdos que se puedan contar con una mano. Todo lo demás se convierte en superfluo desde el momento que necesita apurar el tiempo y convertirse en adulta antes de lo previsto para así convertirse en el único miembro sensato de una familia que ya no existe. Una película bastante banal que da un giro inesperado casi al final transformandose en la parte más poética y hermosa de la historia. 

Silvia

El sabor del té verde con arroz de Yasujiro Ozu. (お茶漬けの味, 1952)


Un matrimonio convencional que se enfrenta con los nuevos tiempos. El, de gustos sencillos entregado a su trabajo y con pocas aficiones. Ella aburrida y harta de un matrimonio que no le ofrece todo lo que sus caprichos dictan, aunque en realidad ni siquiera ella misma sabe demasiado bien lo que espera.  Una sobrina que no desea por nada en el mundo acabar en un matrimonio de este tipo, persiguiendo el amor y evitando el matrimonio concertado. Ambas mujeres se enfrentarán por su concepto sobre el futuro. Su tía defiende lo que odia, y la sobrina luchará con todas sus fuerzas para huir de un destino programado. Dos mujeres inteligentes que serán capaces de aprender la una de la otra, abriendo su perspectiva de la vida para incorporar elementos que cambien su presente para que ambas puedan reinterpretar la vida de una nueva y fresca forma. Una monumental Ozu que nos encanta con sus primeros planos, su pausada letanía que nos arrastra poco a poco a una inesperada acción que transforma cada fotograma en una postal. Una visión fluida del Japón del momento, mezclando tradición y nuevos vientos venidos de occidente con el protagonista absoluta de la Historia, la mujer, que todo lo mueve desde un aparente segundo plano.


Silvia

jueves, 10 de julio de 2014

A Bittersweet Life de Kim Ji-woon. (달콤한 인생, 2005)


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Kim Sun-woo hace bien su trabajo. Es un hombre serio que sigue las instrucciones. Pone orden cuando hay problemas, mata cuándo hay que resolverlos. Su jefe Kang le ha encargado una misión un tanto peculiar. Debe vigilar a su amante mientras el esté fuera y si la descubre con otro hombre debe deshacerse de los dos. Sun-woo comienza a vigilar y a seguir a Hee-soo, una joven encantadora y de espíritu libre que se comporta según su capricho. Incapaz de resistir a sus dotes naturales Sun-woo decide perdonarla cuándo la encuentra en casa con su amante, pero ambos deben prometer no volver a verse. La egoísta muchacha hacer saber a Kang el resultado de este encuentro y a partir de ese momento el infierno se abrirá bajo los pies de Sun-woo. Toda la furia por la traición de su subordinado se desata entonces, violencias de todo tipo caerán sobre el guardaespaldas. Sobrevivir se convertirá entonces en un milagro pero resucitando de su tumba de tierra mojada, resurgiendo como un titán en busca de respuestas y venganza, Sun-woo se alzará por encima de sus cabezas con toda la fuerza del puño de la venganza y golpeará uno por uno todos los hombres que estaban dispuestos a escupir sobre su cadáver. Una lucha hasta el último aliento que nos tendrá clavados a la silla durante poco menos de dos horas, viviendo las torturas en nuestra propra piel y sufriendo por ver como ruedan las cabezas bajos sus manos. Un noir que mezcla los aspectos más crudos de los filmes de violencia típicos de Corea del Sur en una cinta magistral que nos hará dudar de las reales motivos del protagonista ya que ni siquiera el mismo es capaz de aceptar el porqué del error más terrible que ha cometido en su vida.
Silvia

The Emperor's Naked Army Marches On de Kazuo Hara (ゆきゆきて、神軍, 1987)


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El director nos muestra las intenciones del veterano de guerra Kenzo Okuzaki. Destinado en Nueva Guinea decide pedir responsabilidades del abandono que sufrieron los soldados al emperador Hirohito. Tras su fallido intento de asesinato, y tras pasar más de una década en prisión, Okuzaki decide ir con un mujer y su furgoneta pintada con eslóganes a la casa de el capitán y sargento responsables de los terribles acontecimientos. Ninguno de los dos está dispuesto a aceptar de buena gana sus responsabilidades ante el sufrimiento de las tropas pero un poco de violencia, de esa que tanto le gusta a Okuzaki despertará los remordimientos y abrirán un poquito su corazón confesando los terribles acontecimientos que allí ocurrieron. Reconocerán incluso las prácticas de canibalismo a las que tuvieron que recurrir, única forma de supervivencia tras la decisión del estado japonés de no enviar más vituallas a los hombres que fueron prácticamente abandonados y olvidados en esas islas. Un conmovedor documental sobre un hombre valiente que, de vuelta a Japón convirtió su vida en una causa contra las mentiras y la hipocresía de un emperador irresponsable y cobarde. 
Silvia

viernes, 4 de julio de 2014

Sun in the Last Days of the Shogunate de Yūzō Kawashima. (幕末太陽傳, 1957)


Considerada como una de las cinco mejores películas japonesas, nos sitúa en el barro del placer de Shinagawa en 1862. Toda la acción tendrá lugar dentro de un mismo burdel. En clave de comedía viviremos las situaciones normales del establecimiento, desde la dura competencia de las geishas por sus clientes, sus artimañas e intrigas. Conoceremos también al cliente gorrón, que tras haber disfrutado de los servicios del burdel durante días reconoce que no tiene dinero para saldas su deuda, convirtiéndose en un empleado de incalculable valor. En ese mismo lugar los samuráis traman su complot para acabar con el usurpador extranjero, probarán los nuevos explosivos y conspirarán para acabar con esta gran amenaza a su poder.  Rodada en blanco y negro es fácil aceptarla y reconocerla como una joya de la cinematografía. En ella encontramos todos los elementos que hacen de ella una gran obra, fotografía, edición, dirección, actores, guión, todo ellos tratado con la mágica mano de un director que ha pasado a la historia del cine como uno de los más grandes. 

Silvia