Y la guerra
continua. Múltiples reyes con una única pretensión. Sentarse en el trono del
dragón. El trono fundido con espadas y armas que tanto ambicionan todos los que
un día se arrodillaron ante él. Reyes vencidos han visto arder su flota al
dejar de lado el poder de su nuevo dios. Amigos que hablan la verdad encerrados
como enemigos, apartados de su misión por no poder mentir ante una amenaza real
contra su vida. Reyes en el norte, traicionados por su propia sangre, reyes que
a su vez traicionan alianzas a cambio de un corazón ardiente y una mirada
dulce. Reyes adolescentes, caprichosos, arbitrarios, dominados por una familia
soberbia y altanera que no aprecia a los de su propia estirpe. Hábiles en el
juego, despiadados en el campo de batalla y sombríos bajo su propio techo a la
espera del futuro de su estirpe cautivo de una mujer vestida de hombre que
antepone la lealtad a su propia vida. Miembros cortados que no volverán a coger
una espada como pago por una lengua demasiado afilada. Mientras tanto tres niños
fugitivos buscan el camino a casa en un bosque oscuro y hostil plagados de
alimañas y hombres todavía más peligrosos dispuestos a venderse al mejor postor
y a los que la palabra honor les hace tan sólo sonreír. Perros que ladran
encadenados, que descubren los secretos y que arruinan la continuidad de una
misión importante para el futuro.
Pero el futuro es incierto y los ojos del lobo que busca el sendero lo
sabe bien. No es necesario tener piernas ya para poder escrutar los recovecos
entre los árboles. No es ya necesario ya sufrir el destierro cuándo se posee un
don precioso que habrá que aprender a controlar. Otro lobo, más allá del muro,
mientras tanto se debate entre los dictados de su cabeza y su corazón, su
legado y sus responsabilidades tan arraigadas en su interior que nada en este
nuevo invierno conseguirá enterrar bajo una pesada capa de fría nieve. Más allá
del mar otro rey se acerca, el último dragón olvidado por todos pero que no
olvida ni perdona. Un dragón podrá comprar cualquier ejército de esclavos para
una reina justa que no acepta ningún tipo de sumisión cruel y miserable. Un
dragón que no abandonará a su madre desde el momento en que el dulce sonido de
su voz desatará el infierno en el peor lugar del mundo dónde los hombres no son
más que basura en las manos de un señor cobarde y ávido que conocerá en su
propia carne la furia que se desatará sobre todos los miserables de este mundo.
Silvia