Hannah
la estudiante preferida de Heidegger convertida
ya en una famosa filósofa tras la publicación de su tratado sobre los orígenes
del totalitarismo es la encargada de seguir el juicio del Eichmann en Jerusalén
para un periódico de amplia tirada. Hasta allí se traslada con su marido, su más
fiel seguidor. La tarea será ardua. Una filosofa que deberá escribir artículos
sobre el juicio para el New Yorker. Sus tiempos de entrega son largos y su técnica
de escritura distinta a la de los periodistas pero sobre todo lo que la
distinguirá entre todos será su capacidad para convertir en únicos sus
escritos. Una nueva filosofía de la banalidad del mal la convertirán en el
objeto de insultos, amenazas e incomprensiones incluso entre sus amigos más queridos.
Sus escritos también serán alabados pero serán los menos los que conseguirán
llegar al fondo de su pensamiento. Obligada a justificarse para tratar de paliar
el dolor causado en la víctimas tendrá que comparecer ante el mundo para
explicar su razonamiento sin más instrumento que sus palabras y su locuacidad que
rayan en algunas ocasiones los laberintos más puros de la ciencia. Pero ella es
una mujer fuerte, segura de sí misma a la que el mundo entero no podrá doblegar
ni disuadir y así continuará su obra sobre el mal con la cabeza alta y la pluma
firme. Una nueva mirada sobre el Holocausto cuándo ya pensábamos que de todo se
había hablado. Un tema tan doloroso y escabroso que parece no tener fin. Múltiples
aspectos con la misma forma pero con fondo diverso, imprescindibles todos ellos
para no olvidarnos de los tiempos oscuros que al parecer de un modo u otro no
han acabado sino que solo se han modificado su apariencia.
Silvia
No hay comentarios:
Publicar un comentario