El mundo se está hundiendo, ya nadie
puede pararlo. Cinco reyes luchan por un solo trono, cinco reyes que se alzan
con sus ejércitos para luchar por un trono de hierro forjado tiempo atrás con
las espadas de la victoria. Un trono que significa todo, el poder y la gloria:
la eternidad. Los sueños acaban y con ellos sus portadores, los reyes caen
y sus familias desaparecen, cuándo todo vale y el honor desaparece, las cabezas
ruedan y los lobos aúllan. Madres que lloran a sus hijos mientras su propia
sangre se desliza por su cuello, niñas que corren hacia la salvación y niñas
que lloran su destino. Nuevas reinas juran la capa, nuevas reinas que ven como
sus maridos, uno a uno caen bajo el peso de la corona, mientras hermanos más
desafortunados pierden sus privilegios condenados por un mundo que no entiende el
valor. Torneos que nada demuestran pero que permiten escapar de preocupaciones
aún mayores porque en el horizonte se perfilan las alas de dragones que
devueltos a la vida por la verdadera madre crecen envueltos en nubes de fuego.
Largo es el camino, resistente la perseverancia que paso a paso recorre los
caminos liberando a los esclavos y dejando un camino de paz y esperanza. Los
espías no traen noticias buenas y mientras todos juegan al juego más peligroso
de todos, los Otros caminan en silencio devorando las tinieblas y algún que
otro humano. Al otro lado del muro los salvajes toman las armas, un muchacho
entiende por fin que su destino ha sido forjado en el acero de su espada, un muchacho
destinado a dirigir ejércitos y demostrar que la sangre lo es todo.
Silvia
No hay comentarios:
Publicar un comentario