Los hijos de la medianoche tienen poderes mágicos.
Pero no son poderes que puedan ser usados para hacer el mal, o eso dice Saleem a
los demás chicos que consigue atraer a su habitación en forma de espíritu.
Alguno de ellos no está de acuerdo con este principio por ese motivo las reuniones
deberán llegar a su fin. Saleem es el resultado de una elección política. Su
niñera lo educará como a su propio hijo consciente de su pecado y en busca del perdón. Sus padres
vivirán recordando el pasado sin conocer la verdad y concentrados en su propia
desgracia. La familia de Saleem es especial, con ideas rígidas y tradicionales
pero eso no impedirá que el tenga sus propias ideas. El no cree en los afectos
recibidos por los lazos de sangre, de hecho, esos afectos no los conoce. La
vida le ha mostrado que nada es más importante que el amor adquirido durante
las distintas fases de la vida y nada más artificial que lo que la tradición
dicta. Un momento complicado para su país, o sus países, porque Saleem es hijo
de las disputas entre naciones. Pero a él nada le importa, cumplirá con su deber,
por obligación y sin una clara consciencia de lo que ocurre pero lo que más le
importa a Saleem es lo que ha descubierto tras una vida dando tumbos.
Silvia
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