Una joven se da fuego en un campo de colza
tras haberse tirado por encima un bidón de gasolina. Wallander verá cómo la
chica arde hasta morir destruyendo gran parte del campo de colza que con tanto amor
había sido cultivado. Mal comienzo para una investigación que no parecía otra
cosa que un caso de altercado publico. Pero las cosas pueden empeorar todavía más.
Wallander, que había decidido irse de vacaciones a Italia con su padre enfermo
antes de que perdiese totalmente la memoria y los recuerdos, descubre otro cadáver
esta vez sin cabellera. Algo extraño en un país tan frío y tan alejado del
salvaje oeste. Parece cosa de un indio pero en ese lugar algo así sería imposible.
El segundo cadáver presentara además de la cabellera cortada, los ojos
abrasados con acido. Wallander no sabe que pensar. Las cosas se complican y sus
jefes quieren resultados inmediatos. La prensa ya habla de ello pero con el último
caso, el tercero, Wallander se encontrara todavía más confuso que antes. No
sabrá que camino tomar y empezará a sospechar que hasta el momento su investigación
había seguido una pista falsa, pero aún hay tiempo para enderezar el rumbo y el
hábil Wallander sabrá como escoger su ruta y sus consejeros para que le ayuden
a descubrir el camino verdadero.
Silvia
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