En
plan Amelie, nos adentraremos en la vida de Matsuko, la historia de una
desafortunada chica que no encontrará la paz en este mundo. Empezaremos por conocer
su desastrosa vida familiar, en la que un estricto padre, dará la preferencia
en su corazón a una hermana enferma que a su vez idolatra a su hermana mayor, o
eso es lo que Matsuko consigue entender. Despedida de la escuela en la que
trabaja por defender a un desconsiderado alumno, vagará por el mundo de novio
en novio, pero tampoco entre los brazos de los hombres tendrá suerte ni
encontrará refugio. Se enamorará siempre del hombre equivocado, hombres
violentos, hombres delincuentes, egoístas natos que no estimarán en absoluto el
amor incondicional de una buena mujer. En cuánto a sus amigas, alguna buena
surgirá de sus aventuras, sobre todo en el mundo de la prostitución en el que
tendrá que adaptarse rápidamente para poder sobrevivir. Por desgracia, los
tiempos cambian demasiado rápido para Matsuko y pronto tendrá que dejar el
oficio por falta de clientes que prefieren dedicarse a otras faldas más
modernas. Maltratada, frustrada, sola en este mundo, desconsolada, pero siempre
feliz, siempre positiva y siempre golpeada por el destino allá a dónde vaya.
Incapaz de soportar un mundo que cae como una losa sobre sus débiles hombros
decidirá que lo mejor será confinarse en casa, esconderse de todo y comer hasta
hartarse, siempre cerca de ese mar que observa con la esperanza de que algo
cambie, de que algo nuevo llegue a su vida, aunque sea bajo forma de melodía ,
quizás de una canción que inspire unas cuántas líneas que arranquen su alma del
letargo existencial al que se ha retirado desde hace ya unos cuántos años. Pero
ni siquiera así podrá huir de la maldad de un mundo que ya desde muy joven
golpea y arrastra hacia el infierno todo aquello que sus ojos puedan entrever
en la oscuridad de una noche estrellada que marcará el final de una triste
vida. En tono pop, coloreado con la magia de unas imágenes alegres, canciones y
alegría de sus escenas que chocan de frente y se contraponen a una
verdaderamente triste historia que llena el corazón de ternura y melancolía.
Silvia
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