Otra
hermosa historia que nos cuenta las consecuencias de la Revolución Cultural y
nos muestra como años más tarde se fragua la revolución estudiantil de 1989. Un
chico vive en casa de su abuelo venido a menos por los ya conocidos acontecimientos.
Una antigua familia acomodada que se ve en la obligación de renunciar a todas
sus posesiones y vivir en una habitación de una casa que anteriormente había
sido toda suya. Este chico comenzará a disfrutar de las pocas cosas que vienen
del extranjero y así en su casa situada en el interior un bonito hutong de Shanghai
comenzará a hacer fotos de las que ya desde el principio, nos cuenta que perderá
para siempre al seguir los pasos de su madre y marcharse a los Estados Unidos.
Su mejor amiga, la chica de enfrente, intentará huir de una madre opresiva y de
un futuro de obrera industrial para encontrar los placeres de una vida lujosa
que por desgracia tendrá que abandonar para caer en las redes de la mala vida.
En la escuela, una chica recién llegada de Pekín intentará introducirlo en los
más recientes cambios sociales, pero el triste recuerdo del pasado familiar lo
atan a la prudencia y se distanciará de una actitud rebelde que abocará al más
terrible fracaso. El último episodio de este chico de Shanghai antes de marcharse
para siempre, el último recuerdo de una adolescencia feliz marcada por los
acontecimientos políticos y económicos de un país en constante evolución. Una
evolución no siempre positiva que obliga a sus habitantes a huir del país y
abandonar así, su familia, sus recuerdos y renunciar incluso a unas pocas
fotografías que les ayuden a recordar, en los momentos de nostalgia, lo hermoso
que era su querido hutong.
Silvia
No hay comentarios:
Publicar un comentario