Diversos historias se entrecruzan
en esta primera incursión de Allen en Italia. Y que mejor ciudad para ello que
Roma. Un guardia de tráfico (nada menos que el hijo de De Sica) nos introduce
en la primera de las historias que conformarán la película. Un chico conoce a
la amiga de su novia. Una mujer libre y sin prejuicios de la que se enamorará
en contra de todos sus pronósticos. Por otra parte tenemos a un hombre
corriente, de a pié que de la noche a la mañana se convierte en un hombre
famoso sin saber muy bien porqué. Harto ya de los paparazzi no sabe como comportarse
pero tal y como le llegó la fama esta desaparece y a partir de ese momento
intentará desesperado recuperarla. Incongruencias de la vida. Una chica
americana conoce a un italiano y se enamora perdidamente. Cuando sus padres
viajan hasta Roma para conocerlo descubren que el padre del muchacho es un gran
cantante de ópera aficionado pero sólo consigue cantar bien cuándo se esta
duchando. En cuánto se cierra el grifo, la magia desaparece. Dos jóvenes recién
casados viajan a la capital para conocer a los tíos ricos del marido. Por
diversas culpa de diversos acontecimientos sus caminos se separarán por varias
horas y como no hay mal que por bien no venga ambos vivirán la aventura de su
vida. Una película que no deja ningún recuerdo en especial pero que tampoco deja ningún sinsabor como ya
viene siendo habitual en el famoso director norteamericano.
Silvia
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