Ai Wei Wei no es sólo un artista de fama
mundial, respetado en cada punto del planeta sino que también es un defensor de
los derechos de su pueblo. Un pueblo castigado a lo largo de la historia, que
ha sido pisoteado y humillado por sus dirigentes. Ai Wei Wei intenta devolver un
poco de la dignidad perdida a una de las civilizaciones más antiguas del mundo.
Se embarcará en diversas acciones, diversas investigaciones en torno al
terremoto de Sichuan. Comparará los datos oficiales con los que él mismo junto
a un puñado de voluntarios conseguirán reunir. Intentará conmocionar con sus
obras y todo ellos arriesgando su vida porque en una situación como la suya
cualquier acto puede ser interpretado de muchas formas. Una visión de una parte
de un país controvertido. Sería demasiado fácil ver sólo la parte que nos
interesa, los puntos de vista distintos nos dan aproximaciones nuevas e
interesantes sobre situaciones desconocidas hasta el momento. Alguien tenía que
hacerlo y que mejor momento en el que la globalización nos ofrece herramientas
nunca soñadas para expresarnos, para buscar, informarnos y deducir nuestras
propias conclusiones. Un documental sobre la libertad condicionada, la ruptura
con el pasado y el camino hacia un nuevo inicio que nada puede obstaculizar.
Silvia
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