Una vez más nos encontramos ante la típica
comedia norteamericana llena de clichés y sentido moralista que pretende
hacernos reír con pocas y acertadas escenas ridículas que no logran cautivar al
gran público. Larga y bastante tediosa, el excesivo metraje la convierte en un
pasatiempo bastante aburrido que no consigue ofrecer absolutamente nada nuevo.
Perpetuar la sosa y ya demasiado usada comedia americana, sin elementos
innovadores y sobre todo con una historia insulsa y poco creíble. Una hombre de
negocios en transición hacia un nuevo trabajo mejor pagado descubre que una
ladrona especializada en robo de identidad le ha vaciado la cuenta de ahorro y
por si fuera poco su nuevo jefe duda de su fiabilidad para gestionar las
finanzas de sus clientes. Así empezará el viaje de ambos. Sandy intentará llevar
a rastras a Diane ante su jefe para que le cuente la verdad y recupere su buen nombre.
En este viaje plagado de incidentes ambos conocerán al otro mostrando que no
todo es blanco o negro y aquí se pone en marcha toda la maquinaria moralista americana,
segundas oportunidades y perdón del prójimo.
Silvia
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