Tres
historias de amor con los dos mismos actores en momentos históricos diferentes:1911,
1966 y 2005. Tres estilos diferentes para un mismo director. El primero,
ambientado en 1966, un joven se enamora de una camarera de una sala de billar y
la seguirá hasta el fin del mundo. El segundo, ambientado en 1966, transcurre
en un burdel, sin sonido, en color transportándonos a una época de lucha por la
libertad de Taiwán por las colinas del sueño. El último, 2005, la modernidad
llega a un país con una fuerte tradición cultural. Las tres historias de amor
reflejan perfectamente la situación del momento, con una belleza visual
característica de este director. Largas secuencias para no restar realismo a la
situación, música que acompaña toda la historia y que al mismo tiempo nos
relatan los sentimientos más profundos de sus personajes. Lento y pragmático, este
es uno de los mejores trabajos de director taiwanés.
Silvia
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