Lisbeth ha desaparecido. Mikael no ha dejado
nunca de buscarla y sigue sin entender porqué, así sin más, se esfumó. Pero la
vida sigue, Millennium la revista, ha sobrevivido y nuevos casos llegan a las
mesas de los redactores. Tras el éxito que cosechó el libro de Mikael,
publicado por la revista, Erika decide que hay que seguir por ese camino y
publicar otros libros. Dag traerá justo el material que necesitan. Este joven
periodista pretende haber descubierto una red de tráfico sexual de mujeres del
Este en Suecia. Su novia también ha investigado el tema para su tesis y los
resultados obtenidos son sorprendentes. Algo se tuerce cuándo Mikael los
encuentra a ambos muertos por disparos en el apartamento de ambos. Ese será el
inicio de una nueva investigación encubierta que Mikael y Erika dirigirán de
forma paralela a la investigación de la policía para descubrir a los asesinos
de sus amigos. Por su parte Lisbeth que vive de forma anónima y alejada de
todos descubre por los periódicos que la policía la culpa a ella del asesinato
de Dag y de su novia. La mejor hacker de Suecia posee sus propios medios para
realizar, ella también su propia investigación. Todo apunta a que alguien
quiere involucrarla en el crimen para vengarse de algo muy malo que sucedió en
su vida. Mikael que no consigue contactar con ella intenta por vías
alternativas mostrarle su apoyo y aunque la policía mantiene sus sospechas
sobre la joven todo parece indicar que los informes del Estado que demuestran
sus problemas psicológicos se contradicen con las versiones de esos dos o tres
amigos que ella tiene y que la describen como un genio antisocial. La violencia
estará presente en toda la novela, agresiones explícitas contra todos y contra
cada una de las personas que se entrecruzan en este laberinto desatado por
múltiples factores que se remontan en el tiempo y del que no será posible
prescindir para poder encontrar una explicación a los extraños y absurdos
acontecimientos que volverán a despertar del letargo a la peligrosa Lisbeth.
Silvia
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