Una niña muy pequeña subsiste en una zona pantanosa periférica
separada del resto del mundo por un dique que representa el mal, la pobreza y
las nulas oportunidades que para los habitantes de La Bañera acompañan una vida
inútil de juergas continuas y vidas desaprovechadas. Esta niña de nombre
impronunciable, Hushpuppy tendrá que vérselas ella solita contra el mundo ya
que su madre los abandonó mucho tiempo atrás y su padre no es el tipo de
personas que asume responsabilidades. Si tenemos en cuenta además que no le
queda mucho tiempo di vida, Hushpuppy tendrá que convertirse en adulta por las
buenas o por las malas. Inmersa en su propio mundo onírico, mezcla de elementos
reales y de elementos que crea su imaginación se enfrentará, al igual que el
resto de sus compatriotas a una catástrofe natural de proporciones
inimaginables. Algunas similitudes con las recientes catástrofes de los últimos
años pero sin conexiones reales ni tampoco claras, todo cogido por los pelos
mientras la niña corretea por todas partes en un intento de convertirse en un
personaje entrañable para el espectador. La gran naturalidad de esta joven
actriz se sitúa en un grave contraste con la total ausencia de profundidad en
el guión. Todo gira en torno a una niña, una voz en off que no aporta
absolutamente nada y en la que por mucho que se escudriñe no se consigue
atisbar ni un ápice de denuncia social o algo que se le parezca. Ni siquiera
consigue un poco de empatía hacia los pobres desgraciados que viven en una zona
realmente fea entre aguas estancadas y árboles enfermos. Una bonita idea que se
queda en una discreta experiencia visual pero a nivel de guión nos deja
absolutamente indiferentes aún consiguiendo llegar al final del filme.
Silvia
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