Un complejo thriller psicológico que nos
invita a penetrar en la mente de una adolescente que en la prima escena de la
película es tratada en un instituto psiquiátrico. Mas tarde esa misma chica se
traslada, junto a su padre y su hermana pequeña, a la casa familiar en dónde los
recibe la madrastra de ambas. Diversos, extraños y violentos acontecimientos se
sucederán a lo largo de los días, mezclados en un torbellino que confunde la
realidad con el sueño, las dos jóvenes tendrán que resistir a los embites de
una madrastra que las odia. Estos acontecimientos sin embargo, estarán rodeados
de episodios violentos que no cuajarán demasiado bien en una historia confusa
que no acaba de aclararnos cuál es el fondo del asunto. Y es en este punto en
el que el espectador que ya no entederá
qué es lo que tiene delante, irá recomponiendo las piezas de un puzle sutil y
enrevesado. Con gran destreza el director irá colocando numerosos indicios que
llevarán a una sola y posible conclusión a la que solamente se podrá descubri
al final del filme, en el que la realidad se separará definitivamente de la
ilusión mostrando la verdadera cara de los acontecimientos ante un incrédulo
espectador que no se espera ni por asomo que el remate fuese tan simple pero
tan contundente. Otra obra importante que nos llega una vez más de Corea del
Sur mostrando su gran empeño, su gran capacidad para comunciar y una férrea
voluntad de imponerse en un mercado cinematrográfico hundido estéticamente gracias
a una Norteámerica que ya no sabe que filón explotar para aburrirnos cada vez más
y mejor.
Silvia
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