Una escuadrón de ladrones,
violadores y otros convictos es entrenada para convertirse en el mejor batallón
de Corea del Sur. El dolor será insoportable y los despiadados entrenamientos acabarán
con la vida de algunos de ellos. La misión es muy importante y nada puede fallar. El futuro de la
nación está entre sus manos. Hasta que la misión es abortada y todo se cae
abajo como un castillo de naipes. Qué hacer con un grupo de forajidos bien entrenados
para cumplir una función que ya no existe. La única solución es deshacerse de
ellos. Pero los mandamás no han tenido en cuenta que el sufrimiento, los abusos
y los padecimientos de los reclutas han provocado que todos ellos se conviertan
en una gran familia, una familia que no desea separarse y que desean morir
juntos para intentar salvar su honor. Un poco larga pero interesante. Otra
ejemplo de cine coreano concentrado en contar historias locales sin buscar
grandes odiseas lejanas a su cultura.
Silvia
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