Una padre que ha perdido a su hija a manos de
un pedófilo, un policía obsesionado con atrapar al pedófilo. Un profesor
acusado por todos de ser un pedófilo. Un padre que secuestra al pedófilo y lo encierra
en el sótano de su nueva casa para torturarlo hasta que confiese dónde ha
enterrado la cabeza de su hijita. El policía los descubre pero acaba por caer
en la lógica de la víctima que consigue sembrar la duda. El padre decidido a
hacerle hablar no se detiene ante nada, hasta que su propio padre ya retirado
del servicio militar le ayuda a torturar al malvado hombre que secuestra y mata
a niñas. Aunque el policía consiga huir, una duda que albergaba en su interior
será demasiado débil para que evite que responda a la llamada que acabará con
su vida, una terrorífica llamada que anuncia que ahora le ha tocado su turno, que
ahora será el hombre que llorará la pérdida. Una película sádica y brutal, dónde
un padre se toma la venganza por su cuenta consiguiendo convencernos de que es
un loco psicópata que tortura a un pobre hombrecillo con gafas que nada tiene
que ver con su tragedia. Un genial juego de ajedrez, atrevida, intrigante hasta
el final.
Silvia
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