Koichi quiere hablar
con su novia Atsumi. Atsumi ha intentando suicidarse y está en coma, pero la
tecnología actual ofrece una máquina capaz de conectar las conciencias de las
personas y que así puedan comunicarse entre ellas. Hay algunos efectos
secundarios pero Koichi debe entender porque Atsumi deseaba morir. Diversas
sesiones serán necesarias y diversos encuentros entre los dos pero Atsumi no
revelará sus verdaderos motivos. Atsumi sigue dibujando mangas pero Koichi
quiere que lo deje para que así salga del coma y puedan volver a estar juntos.
La condición que impondrá Atsumi será sólo una. Koichi deberá encontrar el
dibujo de un plesiosaurio que le dio cuándo eran tan sólo unos niños. Koichi ni
siquiera recuerda aquel dibujo pero una vez en la vida real, intentará
recuperarlo. Los efectos secundarios de las sesiones en el hospital no se harán
esperar y Koichi vivirá en un estado permanente de confusión. En ocasiones no sabrá
distinguir entre la realidad y el sueño, tanto es así que empezará a ver a un
niño relacionado con su vida del que no guarda ningún recuerdo. Poco a poco,
junto a Atsumi irán juntando cabos y descubriendo acontecimientos de la niñez
de ambos que Koichi había olvidado y que podrían significar el redescubrimiento
de su vida como adulto y cambiar los roles de la pareja. El plesiosaurio
descubrirá una terrible historia que marcará la vida de ambos en el pasado para
cambiar las tornas en el futuro. Una película japonesa futurista, con rasgos
ligeros del género del terror, que juega con las percepciones y cambia de perspectiva
en más de una ocasión provocando en el espectador la misma confusión que vive
el protagonista.
Silvia
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