Aunque con pereza nos aproximamos a un nuevo
visionado de la película de Oliver Stone, descubrimos poco a poco, fotograma a fotograma
la gran película que en su momento nos ofreció este gran director. Una película
que nunca envejece con una de las mejores actuaciones de un Val Kilmer que ya
no existe en el escenario cinematográfico. Un biopic extremadamente alentador que
nos recuerda que cualquier época pasada fue mejor. Ya no existen mitos con
Morrisson, ya no existe música nacida de instintos y sensaciones ya nada queda
de aquel maravilloso mundo de los 70 que nos ofreció grandes músicos como él o como
Janis Joplin. Sólo nos quedan sus grabaciones y gracias a Stone una película
emocionante y divertida, que acompañada de sus mejores canciones nos hace añorar
un momento especialmente importante en la historia de la música.
Silvia
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