miércoles, 24 de febrero de 2016

El último lobo de Jean-Jacques Annaud. (Le dernier loup, 2015)


el ultimo lobo
Durante la Revolución cultural muchos estudiantes e intelectuales fueron enviados a las zonas rurales más remotas de China. Esta es la historia de dos estudiantes que se presentaron voluntarios para ir los primeros. Fueron enviados a la zona de la Mongolia interna, un lugar hermoso con sus propias tradiciones y gentes amables y afables. Su situación no sólo no empeoró sino que en ese lugar no faltaba la carne en la mesa. No todos los estudiantes corrieron la misma suerte. El jefe del los nómadas, un hombre conocedor de la naturaleza transmitía su saber a los muchachos interesados en todo lo que les rodeaba. Sobre todo les enseñaba a estudiar y observar a los lobos, unos animales muy abundantes en esa zona y que compartían el territorio con los nómadas. El principio era fácil. Los lobos cazaban gacelas, las guardaban en un lugar secreto para el verano, lo nómadas cogían algunas de esas gacelas para su manutención pero no demasiadas para que los lobos no tuvieran que atacar después a sus propios rebaños. El círculo era perfecto, funcionaba, todos se respetaban. Hasta que la avidez del hombre estropeó el ciclo. Coger demasiadas gacelas suponía que los lobos, vengativos, se la tomasen con los nómadas y sus pertenencias. A su vez, el hombre que desconoce las leyes de la naturaleza e ignorante de su propio error comete otro aún más grande. Así se decidió exterminar a los lobos y acabar con el perfecto ecosistema de la zona. Pero uno de los estudiantes, sintiendo piedad por uno de los cachorros que tenía que matar, lo escondió y lo creció como si fuese su animal de compañía. Incapaz de domar a la naturaleza salvaje, el muchacho pronto comprendió que sus esfuerzos eran vanos y decidió que cada uno debería volver a su lugar, tanto el lobo, esperanza de resurrección como él mismo, chico de ciudad que no encajaría jamás en un lugar como aquel. Una triste historia que nos enseña la importancia del ecosistema, de la naturaleza, que nos demuestra nuestra ignorancia escondida bajo un velo de prepotencia. Hermosos paisajes en los que la mano del hombre no ha construido todavía enormes ciudades que nos convierten sin darnos cuentas en seres sin naturaleza. 


Silvia

No hay comentarios:

Publicar un comentario