Adam, emigrado en Francia, recibe la llamada de Tania, la
mujer de su amigo de juventud Mourad del que no sabe nada desde hace años. Una
abrupta ruptura en su relación, una nueva vida en la que sólo algunos recuerdos
afloran de cuándo en cuándo. Su antiguo amigo se está muriendo y lo llama a que
se acerque a la cabecera de su cama antes de que llegue el momento fatal. Adam
se dirige en avión a su país natal pero, desgraciadamente, el último suspiro de
Mourad no puede esperar al reencuentro. El país del Levante, casi desaparecido
de la consciencia de Adam, el historiador, despierta en él un sentimiento
contradictorio. El ardiente deseo de volver a su nueva patria y la necesidad
visceral de permanecer en el viejo país con la extraña sensación de tener pendiente
alguna cuenta que extinguir. Casi instintivamente se refugia en el hotel de su
amiga Sémiramis. En la paz y serenidad que le aportan el bucólico lugar y la
inestimable presencia de su antigua y fiel amiga, decide que quizá el viaje no
ha sido en vano y que se podría intentar reunir a todos los compañeros de
juventud, compañeros de tertulias infinitas, compañeros de vida con los que
compartió el deseo de un futuro que nunca llegó a fraguarse, golpeado por la
avidez y la violencia humana, por una guerra todavía latente. Adam, intenta
contactar con sus amigos, con los que todavía quedan, franqueando todas las
barreras, físicas, geográficas, religiosas. Esta difícil pero placentera misión
autoimpuesta, le llevarán a redescubrir las reminiscencias de su juventud, los
antiguos amores y las pasiones no resueltas, conseguirá vislumbrar a través de
los resquicios personas importantes que marcaron su vida y que de algún modo
cambiaron su forma de percibir la realidad. Un recorrido por el pasado de un
hombre, un pasado que creía desaparecido que se compone delante de él sin
preaviso y como si de una bofetada se tratase, lo despierta de un largo letargo
en el que se había sumido. Un relato profundo que ahonda en las raíces de una
vida que ha intentando ir hacia delante pensando que el pasado puede se algún
modo, desligarse del presente y sobre todo ser cancelado por una memoria
traicionera que se repropone en los momentos más adecuados.
Silvia
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