Es una mezcolanza de películas que hacen que tengamos la
impresión de que ya la habíamos visto, pero no. Y es que el guión es básicamente
Men in Black 4: tenemos a un nuevo recluta en un departamento de policía de lo paranormal
al que juntan con un agente veterano y de vuelta de todo. Tanto vale para
resumir una como otra, cambiando a Will Smith por Ryan Reynolds y a Tommy Lee
Jones por Jeff Bridges. Y aunque Tommy Lee es mucho actorazo, el Bridges no lo
hace del todo mal.
Por otro lado tenemos tintes de los Cazafantasmas, con un vórtice
maligno en la azotea de un edificio que los agentes deberán desactivar para
proteger a la chica y salvar el mundo de una catástrofe catastrófica.
No ganará el Oscar a la mejor película, o igual sí porque
nunca se sabe con la Academia y sus extrañas decisiones (como aquella vez que
pensaron: “no le dimos un premio a Orson Welles, porque tampoco es para tanto,
pero a Marisa Tomei hay que galardonarla porque tiene un don interpretativo
innato”). Pero le llega y le sobra para entretener durante un rato una aburrida
tarde lluviosa.
Irene
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