martes, 13 de mayo de 2014

La espuma de los días de Boris Vian. (L'Écume des jours, 1946)



Un universo absurdo poblado de personajes banales e insignificantes. Tan inútiles son que nos provoca hastío su forma de pensar y de ser. Un mundo vuelto del revés dónde los obreros ganns más que los ingenieros y las relaciones personales son todo y nada. Los personajes se enamoran entre si pero sin muchas ataduras. En el punto álgido de la insignificancia de la historia Chloé, uno de los personajes, enferma gravemente a causa de un nenúfar que le ha crecido en el pulmón. Con el apoyo de sus compañeros-amigos-amantes se salvará pero tendrá que vivir con un solo pulmón hasta que vuelva a recaer. En esta historia todo es posible y nada es coherente, el todo mezclado con el vacío de una superación del existencialismo para caer en el espacio blanco del no ser a la par que poco a poco se desarrolla un intento de reflexión individual que conduce a un final suspendido de un hilo.
Silvia

No hay comentarios:

Publicar un comentario