Y por fin ha llegado la navidad, el momento
del año en el que todos nos sentimos un poco mas buenos y solidarios con los que
nos rodean. Todo nos parece más hermoso y tratamos con más respecto y devoción
a las personas con las que convivimos cada día. Pero no todos se sienten igual
en estas fechas. Muchas personas prefieren seguir con su habitual rutina de
odio, aislamiento, tacañería e insensibilidad. Y eso mismo es lo que ha
decidido hacer el pobre señor Scrooge, encerrado en su despacho echando las últimas
cuentas y tratando mal a todo el que se le ponga delante incluídos empleados,
sobrinos y demás elementos. Así que el espíritu de la navidad ha decidido poner
fin a esta situación y por ello le envía cuatro espíritus. El primero, el de su
difunto socio que le anunciará la llegada de los otros tres todavía más terribles
que el que tiene delante en ese momento. Y a Scrooge ya le tiemblan las piernas
pero a medida que los tres espiritus, el del pasado, el del presente y el del
futuro van exhibiendo ante sus ojos, toda su vida, lo que ha sido, lo que es y
lo que será algo se quiebra en su interior y por fin entenderá que la vida es demasiado
breve para vivir encerrado en unos cuantos libros de contabilidad, amargado y
siendo odioso con los demás. Así comienza una nueva vida, porque por suerte
todavía no es tarde y Scrooge abre por fin la puerta al espíritu navideño
participando de la fiesta, de la ilusión y sobre todo de unas acogedoras cenas
familiares.
Silvia
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