China de 1925, el mundo está cambiando y las
poblaciones se rebelan contra los imperialistas que los someten con sus abusos,
condenados a una vida de pobreza y esclavitud. En este contexto se sitúa esta
hermosa historia de descubrimiento personal, del nacimiento de un amor
imperecedero a pesar de las dificultades de su nacimiento. Kitty una joven
alocada y hija mimada de clase media decide aceptar la proposición de
matrimonio de un jóven médico, Walter Fein al que apenas conoce para escapar del
control de una madre que está harta de los caprichos de su hija. La vida de
Kitty a partir de ese momento sera apacible incluso aburrida ya que Shanghai no
le ofrece todo lo que ella quisiera. Pero en una fiesta conoce a Charlie un
dignatario del que se encapricha y enamora después. Sus relaciones clandestinas
son descubiertas y Walter despechado decide marcharse a un pueblo del sur en el
que ha estallado el brote de colera más brutal de los últimos años y su mujer
debe partir con él. O marcharse o divorciarse, la decisión no es muy difícil
hasta che Kitty descubre que Charlie en realidad no está tan dispuesto a
acogerla en su vida y divorciarse de su mujer. El sur de la china no se parece en nada a Shanghai. En este
pueblo perdido y lejano no hay absolutamente nada que hacer a parte hablar de
vez en cuando con un vecino occidental que se ha dejado llevar por la inercia de
los acontecimientos. Los habitantes del pueblo mueren a decenas cada día y
mientras Walter trabaja para buscar una solución al mismo tiempo que ignora a
su mujer, Kitty entra en contacto con las monjas del pueblo a las que empezará
a ayudar a cuidar de las huérfanas del lugar. Una buena terapia para una mujer
egoista, egocéntrica y que nunca en su vida se ha hecho responsable de nada.
Esta nueva vida la ayudará a comprender muchas cosas , a apreciar lo que tiene
y a intentar recuperar lo que finalmente ha descubierto, una vida tranquila y
feliz al lado de un hombre sencillo y tranquilo que la amaba por encima de
cualquier cosa. Quizá todavía no sea tarde para recuperar el tiempo perdido,
todos nos merecemos una seguna oportunidad si el arrepentimiento es sincero y
el aprendizaje ha sido certero. No está dicho que de una atmosfera triste y
lugubre no pueda nacer algo bello que perdure por encima
de la desgracia y la muerte.
Silvia
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