Segunda película dirigida por el famoso
director de Hong Kong. Empieza aquí sus ejercicios de estilo que se convertirán
a la larga en su mejor característica. Un joven se debate entre dos mujeres sin
mostrar interés aparente por ninguna de ellas. Obsesionado sólo por conocer a
su verdadera madre que lo cedió en adopción a los pocos meses de vida, se ha
convertido en el medio de subsistencia de su madre adoptiva. Una mujer sin ningún
interés en la vida a parte vivir y no preocuparse demasiado por los demás. La
superficialidad de unas personas tratada con una profundidad visual que nos
ayuda a entender y acompañar a dos personas profundamente egoístas rodeadas por
personas que realmente los quieren y que protegen hasta el final. Y en realidad
este es el mundo. Personas que se preocupan y cuidan de otras sin que a ellas
les importe lo más mínimo. Gente que se desvive por los demás que a cambio
recibe sólo desdén e indiferencia. Y esto es lo que nos muestra Wong en la primera
parte de su trilogía.
Silvia
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