Así no. Todo se puede aceptar menos una
propuesta de cine años 80 con un tío cachas que hace de medio bueno y medio
malo y que intenta mantener el orden a su modo. Es imposible de tragar esta concepción
del cine vieja y anticuada donde unos hombres fuertes y altos se pegan palizas,
una tras otra pretendiendo que esto sea el cine que todavía puede vender.
Entendemos que las viejas glorias raramente abandonan los cánones entre los que
han crecido pero por favor, no llevéis a la gran pantalla este tipo de historias
casposas y pasadas de rosca.
Silvia
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