miércoles, 12 de febrero de 2014

Lazos de guerra de Je-gyu Kang. (태극기 휘날리며, 2004


Jin-Seok es un estudiante de Corea del sur que mantiene una relación muy estrecha con su hermano Jin-Tae. Ambos serán reclutados en contra de su voluntad como soldados para participar en la guera contra Corea del Norte que acaba de estallar y poder así combatir la amenaza comunista que intenta implantarse también es su país. A partir de este momento la obsesión de Jin-Tae será la de ganar méritos para conseguir la medalla de oro que le permita pedir el licenciamiento de su hermano pequeño para que vuelva a casa y pueda seguir con sus estudios y tal vez también ingrese en la universidad. Jin-Tae se presentará voluntario para todas las misiones de riesgo que propongan los capitanes del ejército y sin temer en ningún momento por su vida se lanzará sin pensarselo dos veces al mismo centro del infiermo con tal de conseguir el visto bueno de sus superiores. Pero poco a poco y sin que el mismo se de cuenta su carácter irá cambiando. Con las miras fijas en la salvación de su hermano todo lo demás irá desapareciendo, su madre, su novia, el honor, la fidelidad a los suyos, todo se diluirá en el campo de batalla conviertiéndose en un ser despiadado que cumplirá con las órdenes de forma maquinal, como si de un robot se tratase. Su hermano pequeño Jin-Seok consciente de los cambios operados en su hermano intentará en vano hacerle entrar en razón y dándolo por perdido se alejará definitivamente de él. Todo empeora cuando Jin-Tae convencido de la muerte de su hermano abandona las filas de Sur para engrosar las de Corea del Norte para vengarse de los culpables de la muerte de su hermano. El reencuentro en el campo de batalla entre los dos hermanos será de los más emotivo, rayando la cursilería para  volver al punto inicial y transportarnos de nuevo al inicio de la película en la que ya en tiempos modernos un anciano tras una llamada de teléfono se dirige hacia las excavaciones de un grupo de expertos en las que se están desarrollando los trabajos de recuperación de los cuerpos de los hombres caídos en la batalla. Como decíamos se trata de una película bélica, dramatica con toques de melodrama que inundan la pantalla con escenas un tanto mielosas y exageradas que estropean lo que podría haber sido un interesante punto de vista sobre la Guerra de Corea
Silvia

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