martes, 1 de julio de 2014

Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll. (Alice's Adventures in Wonderland, 1865)


Alicia en el país de las maravillas nos trasporta a un mundo imaginado por una niña para llevar un mensaje a los adultos. Un mundo soñado con todo tipo de seres extravagantes, animales que hablan, gatos que sonríen, conejos que no tienen tiempo, gusanos que fuman. Todos ellos forman un universo paralelo en el que nada tiene importancia y en el que todo lo tiene. Las prioridades son distintas dictadas por unas voluntades que se sitúan por encima de las leyes de la naturaleza. Los impulsos toman el relevo de unas normas sociales aburridas y antiguas dominadas por una reina que actúa según su capricho, exageradamente verdadera. Todo ello percibido por los ojos de una niña real acostumbrada a comportarse de un modo demasiado formal pero que encontrará aquí un modo de liberar su mente de las anquilosadas estructuras de una sociedad envejecida. Quién no ha deseado alguna vez apartarse de este nuestro mundo, organizado con nuestras propias manos y nuestro más arraigados prejuicios para poder confrontarnos con personas libres de disfrutar cualquier momento insignificante como si realmente nos fuese la vida en ello. Una forma de escapar de la tediosa cotidianidad sin movernos del sitio.
Silvia

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