martes, 15 de julio de 2014

Oldboy de Chan-wook Park. (올드보이, 2003)


Tras pasar 15 años encerrado dios sabe dónde, Oh Dae-Su quiere descubrir porqué. Porqué ha estado encerrado entre aquellas cuatro paredes que acabaron convirtiéndose en su casa y que le atormentaron durante una década y media. Ahora debe tirarlas abajo a martillazos. Caiga quién caiga intentará recordar los pocos elementos que pudo percibir desde su cárcel y llegar hasta el cuartel general y desatar así toda su frustración contra sus carceleros. Sin embargo, no es suficiente. Debe encontrar a la persona que dio la orden, debe saber a toda costa quien pidió que lo encerraran y cuál era el motivo para enterrarlo en vida durante quince largos años. Mido, la joven cocinera que lo acogerá en su casa y lo acompañará en su Odisea será el único soporte emocional que resida en la vida de un hombre que ya ha perdido su rumbo. Trastornado e incapaz de razonar se lanza como un toro salvaje contra cada uno de los obstáculos que encuentra en su camino sin pensar, como si solo reinasen los instintos y ya todo atisbo del hombre que fue se hubiese perdido. El resultado de esta lucha atroz contra un hombre que no conoce pero que le odia profundamente, hasta el punto de haberlo matado en vida no conseguirá aliviar el malestar existencial de Daesu. El pasado que se abatirá sobre el como una pesada lápida de granito contra la que toda su fuerza no podrá mover sin un solo milímetro y destruirá en un par de minutos todo lo que quedaba en sus manos. Nada se salvará del hundimiento en un mar tan profundo que todas las brazadas que pueda dar no bastarán para tenerlo a flote. Una verdadera obra maestra del cine contemporáneo no sólo por la historia que trata si no como ha sido tratada. Con todo la brutalidad y violencia a la que nos tiene acostumbrados el cine coreano en la que no hay espacio para la censura ni las medias tintas, con esta desgarradora crueldad de la que son maestros nos harán sufrir las mismas torturas de las que Daesu ha sido víctima.

Silvia

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