jueves, 14 de enero de 2016

El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas de Haruki Murakami. (世界の終りとハードボイルド・ワンダーランド, 1985)





Dos historias paralelas entrelazadas sin ningún punto en común. Murakami nos presenta una de sus obras mas complejas y profundas. Por una parte tenemos a un joven que se traslada a una ciudad amurallada. Su cometido será el de leer los sueños acumulados en los cráneos de los animales muertos. Estos cráneos son los receptores de los sueños de los habitantes de la ciudad que se acumulan en su interior y allí permanecerán hasta que el joven lector de sueños se ponga manos a la obra. Sin embargo para poder entrar en la ciudad y empezar con la tarea deberá abandonar a su sombra en el exterior. El futuro de la sombra no será muy alentador. Abocada a una muerte insoslayable, la sombra intentará convencer al joven de que en la perfecta ciudad amurallada se esconde un terrible secreto.
La segunda historia nos presenta a un joven que procesa datos en su cerebro de modo inconsciente, sin saber como se desarrollo el proceso. Acontecimientos singulares lo pondrán en contacto con un genio anciano y con su nieta que le ilustrarán por primera vez en su vida los motivos que lo capacitan para desarrollar dichos procesos. Eso si sobrevive a los semióticos y a las disposiciones del gobierno que no está dispuesto a que el joven se le escape de las manos. Dos historias aparentemente distintas, sin claros contactos entre si, durante todo el desarrollo deberemos imaginarnos que es lo que tienen en común para que figuren en el mismo libro. Quien sabe si al final encontraremos la respuesta. 
Silvia

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