Fue una de las obras preferidas de su autor, el relato del
recorrido vital de dos familias, los Trask y los Hamilton. El patriarca de la
familia Trask, Cyrus, un hombre rígido y cruel, tendrá dos hijos de dos mujeres
diferentes. Convencido de la debilidad de su hijo Adam, lo obligará a alistarse
en el ejército. A su vuelta, se encontrará con un hijo profundamente afectado
por las escaramuzas contra los indios, mientras que su hijo Charles que pasará
a tomar las riendas del rancho de la familia se enfrentará a su maldad
intrínseca e intentará acercarse a su hermano para evitar sentirse tan solo. La
muerte del patriarca dará inicio a una nueva etapa para los dos hermanos ya que
han heredado una considerable fortuna conseguida con medios oscuros durante la
permanencia de su padre en la capital. Charles, duro como la piedra, decidirá
olvidarse del dinero y seguir trabajando en la granja, Adam desmesuradamente
enamorado de una joven herida y maltratada que ambos encontraron a los pies de
las escaleras de su casa, se marcha hacia California, para disfrutar del
negocio y buscar un buen lugar para comenzar una nueva familia. Allí, Adam
iniciará una relación con un hombre llamado Samuel Hamilton, un hombre humilde
con las tierras más secas del valle, pero de lo que sin duda no carecerá será
de una magnífica y prolífica familia y de una inteligencia que perfora las
almas como perforan la tierra sus pozos para el agua. Será la primera persona
en observar y entender la maldad que encierra el bello e inocente rostro de
Cathy, la mujer de Adam. Este comprenderá la crueldad que encierra la mente de
la mujer que ama en el momento en que tras dar a luz a sus dos hijos mellizos,
le abandonará tras dispararle en el hombro y dejarlo desangrándose en el suelo
hasta que su criado el chino Lee lo encuentre y lo asista. A partir de ese
momento, Adam ya no será el joven despreocupado que había sido hasta aquel
momento y solo las dos personas más honestas e importantes de su universo,
Samuel y Lee conseguirán sacudirlo de su letargo y hacerle entender que su
comportamiento egoísta debe cesar en favor del bienestar de su prole. Los años
pasan y sus hijos crecen, dos honrados muchachos llenos de pasión e inocencia
que se forjarán un futuro gracias a la bondad de su padre, a la constancia de Lee,
entrecruzando sus pasos con los de los hijos del gran Samuel Hamilton. Y como
la historia siempre se repite, los genes de heredan, los dos mellizos se
convertirán en dos personas totalmente diferentes entre si pero necesariamente
complementarias, Aarón de talante
amable como su padre y Caleb muy distinto a ellos y consciente, con el paso de
los años, de la presencia en su interior de malos sentimientos. El
descubrimiento del paradero de su madre, de la vida que lleva e incluso el
reconocimiento en su vida, lo llevarán a cometer actos bajos contra los que
luchará internamente y con la ayuda del sabio criado chino. Como si de Caín se
tratase sus actos conllevarán un alto precio que condicionarán sus obsesiones
personales. La búsqueda del origen de ese mal y de la oposición o la aceptación
y la humilde servidumbre al mismo se convertirán en el elemento clave de esta
gran epopeya. Se reconocerán los tres extremos de un mismo sentimiento que
puede acabar con la vida de un hombre o enriquecerla desmesuradamente ya que
todos y cada uno de nosotros tiene en sus manos la capacidad de tomar una
decisión.
Silvia
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