Kazami una joven estudiosa conoce a los hijos del autor de
una serie de relatos recogidos bajo el nombre N.P. El autor se ha suicidado
antes de terminar la obra y por muy extraño que resulte el ex novio de Kazami
también se ha suicidado antes de terminar de traducir el texto. Los hijos Otohito y Saki la arrastrarán
con un comportamiento diferente a un mundo zúrrela mediante sus conversaciones.
Unos hermanos que mantienen relaciones incestuosas alterarán la mente ya
convulsa de Kazami y con la incorporación al grupo de Sui la situación se convertirá
en agobiante y por momentos aplastante. La percepción del entorno de Kazami se transforma
mediante el prisma por el que debe mirar desde esta nueva posición en la que se
encuentra. Sui pondrá en tela de juicio todas las relaciones entre los
personajes aportando una nueva visión del incesto que desequilibrará la precaria
estabilidad emocional de Kazami que ya no sabe en que punto se encuentra y que
es lo que sucederá de ahora en adelante. El entorno ha cambiado perceptiblemente,
el viento, los árboles forman ahora parte de su nueva sensibilidad que la
acerca con más fuerza a elementos hasta ahora ignorados. El suicidio, otro concepto
reciente pero presente y contundente en su recuerdo volverá a proponerse de
modo tajante y decidido ante su propia incapacidad para tomar cualquier decisión.
Un diálogo interminable que la ayuda aproximarse a todas las dudas que hasta
ahora habían subsistido de modo solapado e imperceptible con resoluciones
claras e incuestionables para sus amigos porque ella se siente perdida ante lo
desconocido que ha sido construido a su alrededor en cuestión de minutos. Una aproximación
a la realidad de las nuevas generaciones japonesas, sus inquietudes y la
dificultad social de introducir elementos de modernidad en una sociedad
fuertemente jerarquizada.
Silvia
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