El
hombre del saco sigue robando niños y esta vez las víctimas pertenecen a un
pueblecito norteamericano en el que algo muy grande va a suceder. Y si en esta
ocasión fuese el legítimo progenitor el que robase al hombre del saco. Y si
fuese una madre a la que todos toman por loca, que descubre el secreto de las
desapariciones y decide tomar el toro por los cuernos y recuperar lo que es
suyo, la razón de su existencia, su querido hijo que ve a través de un cristal
a pocos pasos de ella pero tan lejos de su alcance. Todo un pueblo detrás de
sus espaldas para apoyar a una mujer que ya había perdido las esperanzas de
recuperar a su retoño en contra de unas apariencias facilotas que esconden tras
una cara de niña buena una terrible criminal que se cree en posesión del poder
de decidir lo que está bien y lo que está mal. Un grupo organizado que ofrece
sus servicios a señoras pudientes que, frustrados sus sueños de maternidad, no
dudan en robar el placer de engendrar a simples mujeres trabajadoras que se
parten la espalda para darle un hogar decente a sus hijos. Pero quién puede
afirmar que esa sea la mejor solución, quién puede decir que el camino marcado
por el destino deba ser borrado de un plumazo para ser sustituido después con
una visión personal de la felicidad.
Silvia
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