Interesante la psicología de una
novela en la que el bien y el mal se entremezclan constantemente. Un pobre
muchacho aquejado por las deudas decide planear y ejecutar un crimen que poco
después de convierte en una pesadilla. La casa de empeño a la que va a robar,
tras haber estudiado minuciosamente los detalles de tal acción, le reportarán
una vida tormentosa acuciada por los remordimientos. Durante el robo además matará
a dos mujeres por lo que será investigado duramente por la policía hasta que un
pobre desgraciado, descontento con su vida encuentra en la confesión una forma
de escapar de su miseria. Pero el investigador principal no se dejara convencer
por las pruebas aportadas por lo que seguirá acosando a nuestro protagonista
cuya vida personal se ha convertido en un infierno. Los remordimientos no le
dejan vivir y por lo tanto condicionarán todos los aspectos de su
comportamiento ejerciendo un férreo control sobre la vida de su madre y de su hermana
que no acabarán por comprender porqué se comporta de este modo tan absurdo. Su
novia, una buena chica entregada y generosa le servirá de consuelo pero su
final ya está escrito y el dolor del crimen cometido no compensará en ningún momento
el botín obtenido.
Silvia
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