Más allá de las colinas existe un convento al que Alina
viaje desde Alemania para recuperar a su mejor amiga. Ambas se conocieron en el
orfanato Ha sido un largo viaje y por lo que parece ha sido en vano ya que
Voichita no esta para nada convencida de dejar su grupo dirigido por un cura
ortodoxo que se ha convertido en algo más que en un simple padre para todas
ellas. Sin embargo Alina es incapaz de comprender cómo es que estas mujeres
siguen sin pestañear todas las indicaciones de este cura del que ella misma desconfía
por completo. Su desconcierto se convierte en una pesadilla, casi en una obsesión
y cada vez que recibe una negativa de Voichita, su estado mental empeora hasta
convertirse en una enfermedad que le provoca incluso ataques de pánico y de
ira. Rechazada en el hospital, deciden resolver ellos mismos el problema y para
evitar echarlas del convento, el cura se deja convencer para ejercer de médico
del alma de la muchacha y llevar a cabo una pequeña ceremonia para apaciguar a la
turbada Alina y expulsar al diablo de su interior. Lo que debería ser una simple
oración acaba transformándose en una guillotina que segará una vida ya de por
si frágil y perdida en un mundo en el que tan difícil es sobrevivir hasta el
punto que nos haga preguntarnos quién es el verdugo y quién la víctima.
Silvia
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