Novela sencilla, sin demasiadas pretensiones, en la que se
cuentan historias no demasiado interesantes sobre personas no demasiado
interesantes. Sin embargo, tiene esa extraña magia que hace que quieras seguir
leyendo, que te preguntes qué pasará luego y que devores el libro en unas
cuantas horas.
El protagonista narra en flashback la historia de su vida,
donde unos recuerdos de infancia inconexos resultan no estar tan alejados del
presente como parecería en un primer momento, y donde pequeños acontecimientos
como la adquisición de un bolígrafo de gel verde supondrán un antes y un después
en las vidas de su protagonista y el resto de las personas de su entorno.
El bolígrafo de gel verde ocasiona el enfrentamiento del
protagonista con la idiosincrasia de su vida, el hastío ante la rutina diaria,
el sometimiento a las convenciones sociales, a la necesidad de trabajar para
poder tener una casa y una familia de la que no puedes disfrutar porque tienes
que trabajar. El bolígrafo y los hechos que este desencadena provocarán la búsqueda
para recuperar la espontaneidad, la creatividad y el placer de las cosas
pequeñas pero importantes de la vida.
Irene
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