viernes, 13 de junio de 2014

La leona blanca de Henning Mankel. (Den vita lejoninnan, 1993


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Extraño suceso al que tendrá que enfrentarse esta vez el inspector Wallander. Una madre de familia ha desaparecido sin dejar huella y nadie sabe como ha sido. Un marido desesperado que pide ayuda a la policía tras días rezándole a dios para que su mujer vuelva a casa. Y es que esta propietaria de una agencia inmobiliaria es el prototipo de buena mujer, religiosa, buena madre, buena esposa, Wallander no descubre ningún elemento que reprocharle pero todo indica que ha muerto y la policía tendrá que descubrir en primer lugar porqué, quién ha sido y sobre todo donde se encuentra el cuerpo. Mientras tanto muy lejos de allí, en la lejana Sudáfrica un grupo de Boers trama la vuelta al poder y buscan retomar el control del país negro que, según ellos mismos consideran, debería volver a manos de la supremacía blanca. Para ello, intentarán provocar el caos en una nación en el que cualquier chispa puede hacer saltar por los aires la precaria estabilidad política y social. El plan se elabora lentamente, cuidadosamente, el asesino elegido será entrenado por diversas manos y en diversas ciudades. Todo ha sido estudiado minuciosamente, todo menos la variabilidad del temperamento humano. Un pequeño detalle, un pequeño error del maestro podrá dar al traste con toda la operación y obligar a los terroristas a empezar de nuevo, desde el principio, volver a fraguar un plan que se iniciará muy lejos de allí, en lejana tierras heladas de una Europa que no consigue ni siquiera proteger sus propias fronteras y un inspector que gracias a su experiencia y audacia conseguirá recomponer los pedazos del rompecabezas y atar los cabos que unen a dos países tan distintos, tan lejanos y sin embargo relacionados a través de un único y misterioso crimen.
Silvia

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