Joseph un hombre solitario, alcohólico y violento conoce a
Hannah una mujer dulce y sensible que con su fe y sus convicciones religiosas
intentan infundir un poco de paz en su alma torturada. A medida que cada uno
entra en la vida del otro descubrirán que la vida idílica no es más que un sueño
y tendrán que enfrentarse a los fantasmas que reinan en la casa del vecino. La
rabia, la desolación y la incapacidad de salir de una vida llena de violencia
rodean la vida de Joseph que intentará con todas sus fuerza cambiar de camino
pero al que los acontecimientos y la atmósfera que le rodea lo llevan
inexorablemente por la senda de la que él lucha por apartarse. El dolor y la
muerte en todas sus facetas se presentan cada día ante la puerta de su casa
como una red que lo atrapa y lo condenan al infierno en el que ha nacido y del
que nunca podrá escapar. La misericordia no puede ser contemplada por un ser
que desesperado no consigue descifrar la realidad camuflada en una oración que
intenta reconfortarlo en vano. La venganza más fácil, el desahogo de la
violencia que vive en lo más profundo de las entrañas y que consigue franquear
los muros de la concentración para manifestarse de modo oscuro y directa a través
de un bate de baseball. La ignorancia es el mejor camino para la supervivencia,
porque detrás de la verdad se esconde todo lo que no podemos permitirnos a
nosotros mismo reconocer y que descargamos, como si de basura de tratase ante
la mirada estupefacta de los demás
que ajenos a los acontecimientos agradecerían desde lo más hondo de sus almas,
desconocer, vivir en la mentira, en la apariencia que conduce hacia la perfección.
Silvia
No hay comentarios:
Publicar un comentario