El periodo de la Revolución cultural enmarca esta historia
de amor entre dos jóvenes, Jingqiu y Mayor Tercero. Jingqiu es enviada por su
escuela a una aldea cercana a su ciudad para escribir un libro escolástico
basándose en las informaciones que pueda extraer de la observación de la vida
de esa zona. Alojada por una familia de campesinos, se convertirá en una hija
más y allí conocerá a Mayor Tercero, un amigo de los hijos que pronto pasará a
ocupar también el corazón y los pensamientos de la joven. Los espinos que
proliferan en ese lugar fascinarán a Jingqiu desde el momento en el que
emprende el camino y su belleza permanecerá como una imagen perenne en su
cabeza, acompañando su idea del amor. La situación social de esa época no es
fácil para nadie y mucho menos para una muchacha adolescente que sale de casa
por primera vez. Los prejuicios de clase, tan arraigados y despiadados, pero
también los prejuicios de género que aplastan con su peso el papel de la mujer,
condenada por un condición y desde su nacimiento, a una vida planificada en un
país planificado y dominado por el hombre, en un país dónde las personas ponen
a los pies del Estado toda su vida, la mujer no puede más que ser una simple
hoja que se mueve a merced del aire que cualquier otra persona sople y dirija a
su antojo. Una mujer, en esa época, no puede ni siquiera ser vista conversando
con un hombre, cualquiera que sea su posición en la jerarquía social, cualquier
acercamiento o contacto íntimo la condenarán para siempre a ser considerada menos
que nada, menos que basura y sobre todo a ser repudiada y expulsada por su
familia. Que puede una joven hacer en una sociedad donde todo esta establecido
de forma rígida, donde todos sus movimientos están concertados por las normas
de un Partido líder en el que cree firmemente hasta llegar al punto de condenar
el pasado de su propio padre. Pero cuándo el amor se abre paso entre las
entrañas, cuándo se precipita encima como si fuese una pesada losa que marca
una futura sepultura social, toda fe, toda convicción no puede sobreponerse a
una fuerza que todo lo arrasa, todo lo quema, que no atiende a explicaciones,
advertencias, cuándo el sentido común deja paso al fluir de las emociones, nada
ni nadie puede detener una sentimiento tan poderoso que condena al que toca con
su largo tentáculo. Un amor firme, un amor seguro, fuerte, un amor rojo como la
bandera más embriagadora que haya sido tejida no se rinde ante el abandono,
ante unas palabras de adiós y hasta siempre. Una mujer decidida, que ha
abandonado la adolescencia tras los brazos de su ideal absoluto emprenderá la
búsqueda de la verdad, de la libertad que le permita comprender los más
abyectos recovecos de una verdad disfrazada de mentira para tender la mano por
última vez al aliento que le ha permitido sentir el lujo de un sentimiento que
debería perecer tras las sábanas de una única noche perdida en un lejano
recuerdo.
Silvia
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