Gu-nam, residente en
China, pide dinero prestado para que su esposa pueda viajar ilegalmente a Corea
del Sur para buscar trabajo y un futuro mejor. Pero pasa el tiempo, no tiene
noticias de su esposa y los prestamistas exigen que la deuda sea saldada.
Para pagar, Gu-nam rabaja como
taxista, pero en su desesperación por no saber de su mujer y tener un futuro incierto
en China, malgasta el dinero que gana en bebida y jugando al mahjong.
Un jefe mafioso le propone
liquidar la deuda a cambio de que viaje a Corea y asesine a un hombre. Gu-nam provechará el viaje para buscar a su mujer al mismo tiempo que se prepara
mentalmente para cometer el crimen.
Pero nada es tan simple como
parece y pronto se ve envuelto en una situación que le supera, inmerso en los
tejemanejes de diferentes grupos criminales que tratan de matarse entre sí y
que a su vez, todos lo consideran como a un sujeto que sabe demasiado y que es preciso eliminar.
La trama recuerda a la del falso
culpable, tan explotada en el cine en películas como las del Alfred Hitchcock,
pero mucho más caótica y enmarañada, hasta tal punto que en ocasiones resultan difíciles de entender las motivaciones y las causas de cada sujeto.
Los movimientos inestables de la cámara
también terminan por cansar. Mientras que en las persecuciones y escenas de
acción pueden servir para aumentar la sensación de movimiento y de rapidez,
cuando se utilizan durante todo el metraje terminan por enervar al espectador y
hacer que resulte molesto e incómodo el visionado del film.
Irene
Planos cortos y escenas rapidas. Este es el
panorama que nos encontraremos en una cinta tipicamente coreana en la que la
sangre salpica por todas partes. Pelicula fundamentalemente para adultos, pero
eso si, dotados de un buen estomago para presenciar las desgracias de un pobre
hombre que tiene que ir a Corea para matar a un hombre a cambio de pagar la
deuda que contrajo con la mafia para mandar a su mujer allí mismo. El problema
es que esta mujer ha desaparecido y ya que va a matar a un hombre intentará
encontrar también a su mujer. Como ya preveemos desde el principio este pobre
hombre no es capaz de hacer nada y mucho menos de matar a otro hombre por mucho
que en su imaginacion haya elaborado numerosos planes cada cuál más atroz. Sin
saber como se encontrará inmerso en una lucha entre rivales que tendrán como objetivo
matarlo a él, como pretexto, como excusa, como motivo para librase los unos de
los otros y descargar en este chino toda la rabia que se respira desde el
primer momento. La rabia, ese sentimiento tan horrible que rezuma por todos los
poros de la cinta conseguirá que nos venga la nausea ante tanto cuerpo
descuartizado sin sentido.
Silvia
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