Yañez, el fiel compañero de Sandokán, acude con su
tripulación, en ayuda de Tremal-Naik y su hija Darma, que una vez más se
encuentran en peligro. Los dayaki, antes servidores de la familia, se han
rebelado contra su señor, agitados por un peregrino desconocido que ha
aparecido de repente sin que se conozca su procedencia. Nada puede hacerse para
conservar el patrimonio de Tremal-Naik y en su huída encontrarán una nave
americana que comprarán para hacer frente al levantamiento que los ingleses,
apoyados por el Sultán de Sarawak, han organizado para destronar a Sandokán y
arrebatarle lo que más ama, su isla de Mompracem. Los refuerzos acuden justo a
tiempo, para salvar la vida de Sandokán, ya que la isla se ha perdido para
siempre. Pero las ansias de sangre del temido pirata aumentan con la ofensa recibida
y se enfrentará con toda su valentía y su fervor contra un admirado y joven
capitán que se convertirá en un adversario digno de respeto y quizás de algo más.
La justa recompensa, la recibirán ambos, la buena estrella que acompaña a los
hombres honrados, no abandonará tampoco en esta ocasión a los marineros más
audaces.
Silvia
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