Óptimo ejemplo de novela negra llevada al cine de la mano de
un experto en el género y adaptando una historia del no menos asiduo Jo Nesbo.
Roger, un poderoso headhunters o cazatalentos para su empresa lleva una doble
vida. Por un lado su profesión, que le da prestigio y reputación, pero que no
consigue pagar las altas facturas para mantener un tren de vida que pueda
satisfacer a una preciosa mujer, Diana, que acaba de abrir una galería de arte.
En la inauguración su mujer le presentará a Clas Greeve un fascinante hombre de
negocios por el que Roger se sentirá inmediatamente fascinado y al que le
ofrecerá sin dudar, un puesto de director. Este hombre también posee un famoso
cuadro años antes desaparecido que pondrá en alerta al segundo papel
desempeñado por Roger, el de ladrón de obras de arte, que es el que realmente
le permita pagar su cara casa y todos sus objetos de lujo que le permiten
aumentar su reputación. Sin embargo, a Roger algo le huele mal y no dudará en
dar un paso atrás y rechazar la candidatura de Greeve empezando así una huída y
persecución para salvar su vida y su trabajo en la que estarán involucradas
todas las personas más cercanas a su vida. Una brillante interpretación de la
novela de Nesbo en la que la acción es continua y directa acercándose a todos y
cada uno de los personajes y no dejando ningún rincón sucio, ningún cabo suelto
pero confundiendo los extremos para que parezca que todo está formado por un puzzle sin pies
ni cabeza, concediendo poco a poco las pequeñas piezas que van formando un thriller lleno de
elementos ricos en contenido en un contexto gélido como en norte de Europa.
Silvia
Ya la vi. Está bien, se deja ver, pero tiene un aire a película de Antena 3 de esas que echan el fin de semana después de comer. Demasiado drama e hiperactuada en ocasiones, que es lo que deja esa impresión de telefilme. Eso si, Nikolai Coster-Waldau es como París: bien vale una misa
ResponderEliminar