Marcus, un escritor que ha conocido la gloria con su primer
libro busca la ayuda de su profesor y mentor Harry, desesperado por no poder
escribir ya nada que valga la pena. Para ello se traslada a su casa en un
bucólico pueblecito llamado Aurora, en una casita al lado de la playa rodeada
de naturaleza y de silencio. Pero un día la policía encuentra enterrada en el jardín
de la casa el cuerpo de una niña de quince años desaparecida desde hacía
treinta años y de la que Marcus había oído a hablar tras encontrar unos
recortes sobre el caso en casa de su profesor. Harry Quebert es inmediatamente
arrestado bajo sospecha de asesinato y Marcus apremiado por su editor
aprovechará sus investigaciones dirigidas a exculpar a su amigo para escribir
un libro que esclarezca por fin la misteriosa desaparición de una joven muy
conocida y amada por aquel entonces en todo el pueblo. Policías corruptos, pedófilos,
filántropos millonarios obsesionados por culpas pasadas, hombres con la vida
arruinada por un error ajeno, mujeres frustradas que no consiguen salir
adelante, hombres de iglesia incapaces de enfrentarse a los problemas
familiares se entrecruzarán en una historia llena de dramatismo, alguno toques
de novela rosa y muchos misterios fácilmente previsibles. Un relato que comienza
coherentemente, sumergiéndonos en una historia interesante en la que se hilan de
forma impecable los retazos del pasado que ayudan a comprender y a profundizar
en la historia de los personajes, alargada quizá un poco demasiado para lograr
atrapar la atención. Un poco de romanticismo necesario para introducir la
relación de amor pero que acaba aburriendo y disipando la mente del lector y un
doble final que se encarrila hacia una sola posibilidad totalmente esperable en
un pequeño y típico pueblecito
americano olvidado por la mano de dios.
Silvia
No hay comentarios:
Publicar un comentario