viernes, 14 de diciembre de 2012

Abraham Lincoln: cazador de vampiros de Timur Bekmambetov. (Abraham Lincoln: Vampire hunter, 2012)



 
Se cuenta que cuándo Tim Burton leyó la novela escrita por Seth Grahame-Smith, se entusiasmó de tal modo, que se empeñó, por todos los medios, en convertirse en el productor de la cinta, en un momento en el que la figura del decimosexto presidente norteamericano y unificador del país ha sido rescatada por la industria cinematográfica por diversos directores. Y precisamente nos presenta aquí, su regidor, una versión extravagante de la infancia de este gran personaje y de que forma, ya cómo hombre adulto y presidente, consigue unificar el país. Extraordinaria y fantástica versión de un niño que admira a un padre que defiende de forma anecdótica a un niño negro, momento que influirá en el destino de Abraham, por una parte, en su defensa de la libertad de todos los ciudadanos y que dará pié a la sangrienta guerra civil que tendrá lugar 40 años más tarde, y por otro lado, porqué será, este episodio, el causante de uno de los momentos más traumáticos de su vida, la muerte de su madre, y que a su vez, condicionará gran parte de su vida de adulto. La ironía de la suerte le llevará a descubrir que los causantes de su desdicha son ni más ni menos que un grupo de vampiros que recorren el mundo desde tiempos inmemorables. No serán vampiros al estilo de Edward y Bella, si no verdaderas bestias integradas, bajo apariencias y profesiones normales, en nuestra sociedad. Abraham, encontrará apoyo y a un maestro en uno de ellos, que, en un principio le salvará de cometer algún que otro paso torpe, y le enseñará a combatir un enemigo común, peligroso y aparentemente, indestructible. Y este personaje, tan fuerte y carismático desarrollará también, un amor, una entrega, hacia la causa de la libertad, cómo principio fundador de su país, ya enarbolado por los padres peregrinos que le llevará, sin duda, a conocer a las personas adecuadas y a partir de ahí, llegar a la presidencia de su país, a edad ya avanzada, cuándo ya había renunciado a su otra pasión, la caza del vampiro. Pero todo se repite, todo vuelve, y cuál no será su sorpresa cuándo este padre de familia descubre que la guerra a la que se está enfrentando, esta organizada y formada por guerreros vampiros que engrosan las filas de las tropas confederadas. Un estilo alejado de los clásicos de Tim Burton, no se percibe en ningún momento su presencia, una aventura que entretiene, lejos de  formar una obra duradera o impactante, cumple su cometido sin grandes pretensiones, y eso si, la originalidad de su guión y presentación.
Silvia
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