viernes, 14 de diciembre de 2012

LA VIDA DE PI (Life of Pi, Ang Lee, 2012)



A la hora de elegir una película u otra para entrar a verla al cine, pueden tenerse en cuenta varias opciones: argumento, protagonistas, críticas,... En este caso, me decanté por el director.
Ang Lee, que también ejerce de productor de la cinta, nos muestra aquí una fábula muy cuidada estéticamente, de hecho los pasajes de la ballena o las medusas sirven para recrearnos visualmente en la belleza de las imágenes, pero argumentativamente resulta algo irregular. El guión está basado en la novela del mismo nombre escrita por Yann Martel y publicada en 2001.
Pi Patel (cuyo nombre completo es Piscine Molitor Patel) narra en flashback la historia de como pasó su infancia en un zoo en Pondicherry (India) creciendo entre animales salvajes y exóticos, pero al llegar a la adolescencia su familia, por problemas económicos, decide emigrar a Canadá. Toda su familia, tanto humana como animal, se embarca en una travesía que termina en naufragio, del que sólo se salvará Pi y algunos animales, hacinados en un pequeño bote salvavidas.
Aunque Pi es el narrador, el verdadero protagonista de la película es Richard Parker, el tigre de bengala con el que Pi compartirá no sólo la embarcación sino una parte importante de su vida, intentando lidiar juntos con los peligros del mar y compartiendo la lucha por la supervivencia. Para ello, será preciso domesticar al tigre mediante técnicas un tanto extrañas que me recordaron a cuando el Principito de Saint-Exupéry intenta domar al zorro.
Como en todas las fábulas, Pi tiende a humanizar al tigre en su narración (ya comenzando por el nombre del felino: Richard Parker) y al final de la película, cuando se desmonta la fábula, comprendemos el porqué de esta humanización.
La película decepcionará a aquellos que entren buscando un film realista, de acción o de ritmo narrativo rápido; de hecho, hacia el final del film empezaremos a notar que se nos está haciendo largo. Es una historia con tintes absurdos y visualmente hermosa, al estilo de Amelie (Jean-Pierre Jeunet, 2001) o Slumgdog Millionaire (Danny Boyle, 2008).
Irene


Historia basada en el libro homónimo de Yann Martel. El director Ang Lee recoge el relato de un joven indio que tras sufrir un naufragio pierde a toda su familia y debe sobrevivir durante más de seis meses a la deriva en un bote salvavidas que comparte con un Tigre de Bengala. Lo que inicia como una maldición, como una lucha por la supervivencia, no sólo por estar perdido en medio de un océano inhóspito sino también de supervivencia contra uno de los animales más salvajes presentes en la naturaleza, se convierte en un viaje espiritual en manos de los dioses que contemplan las tres religiones que Pi, el muchacho, ha decidido abrazar. El antagonismo que representa el tigre, la fiera contra el hombre, que amenaza su vida se transformará poco a poco en una bendición, un motivo para mantenerse alerta, un compañero del que cuidar y del que cuidarse, una presencia constante, soberbia, orgullosa que conectará directamente con las inseguridades de un joven decidido a mantenerse en vida junto a este inefable ser en un espacio reducido y estrecho que los obligará a identificarse de tal manera provocando una simbiosis en las que el hombre se convertirá en animal y el animal en hombre. Las maravillas de las nuevas técnicas digitales, además de abaratar costes, han permitido al director de la cinta, dar vida a una historia que debido al lugar de su desarrollo y temporalidad la harían imposible de rodar en circunstancias normales. Comienza así el maravilloso viaje de la vida por un océano increíble en el que un dulce chico que lo ha perdido todo nos transmite las ganas de seguir adelante a pesar de todas las adversidades.
  Silvia

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