viernes, 26 de abril de 2013

Castaway on the moon de Lee Hae-Joon. (김씨 표류기, 2009)


La mejor forma de resolver todos los problemas es tirándose desde el puente que atraviesa el río de su ciudad. Pero ni siquiera en eso tiene suerte el pobre Kim, y llega así a una isla que se encuentra justo en el medio del río. Otro tremendo golpe a su autoestima y es que al pobre Kim, nada le sale bien. En medio de la desesperación que acecha al suicida fracasado, explora la isla y descubre, que, después de todo, no se está tan mal. No tiene que pagar una hipoteca, no tiene que trabajar para comer, la isla y el mar le pueden proporcionar amplios recursos, no tiene que contestar al móvil, no funciona, y sobre todo no tiene que levantarse cada día y salir a un mundo hostil, hipócrita que se divierte hiriendo su sensibilidad. Kim, comienza una nueva vida, rica de desafíos individuales, de inventivas que le permitan, comer, dormir y pasar el tiempo. Pero ni siquiera allí Kim esta del todo sólo. En un edificio, al otro lado del río, una joven, encerrada en su habitación y sin ningún contacto con el mismo mundo lleno de prejuicios que tan bien conoce Kim, observa a través del objetivo de su cámara, el transcurso de los días y así una mañana, tras sus habituales rutinas de soledad, descubre a Kim. A partir de entonces, su vida se expandirá hacia esa pequeña isla habitada por un solo hombre, feliz, tan feliz como ella quisiera ser y que poco a poco, con pequeños gestos, consigue insuflar en ella, el deseo y la voluntad de participar un poco más en la existencia del mundo. La muchacha, consigue, con mucha perseverancia e imaginación y una pizca de esperanza, entrar en contacto con Kim, e intenta ayudarle en su cometido de vivir aislado. Kim por su parte, descubre la presencia misteriosa y despierta en su ser la necesidad de romper ese autarquismo tan amado y comunicar con esa persona que le busca incansablemente. El hombres es por naturaleza un ser social, y sin la sociedad pierde su calidad de humano y la sociedad no podría existir sin él, y, de este modo, la sociedad llega hasta él y pone fin a su sueño dorado. Pero todo final no es más que un nuevo inicio, una nueva vida y una nueva oportunidad de cambio que llega hasta él corriendo en zapatillas el segundo día del año en el que todo se paraliza. 
Silvia

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