martes, 23 de abril de 2013

La casa de las dagas voladoras de Zhang Yimou. (十面埋伏, 2004)


La casa de las dagas voladoras

Dos funcionarios del gobierno, decididos a desenmascarar al nuevo jefe de los miembros de las dagas voladoras, importante grupo de lucha contra el régimen del emperador, preparan un plan de investigación que les llevará a una casa de entretenimiento para hombres. Alí, la primera dama, ciega de nacimiento, ofrecerá a uno de los funcionarios de incógnito, un espectáculo de baile y habilidades que conseguirán alterar todos sus sentidos. Las guardias irrumpen en el establecimiento, y tras un altercado, la bailarina huirá de los soldados junto al funcionario. El hombre, convencido de que la joven puede llevarle a lo más alto de su carrera, conduciéndolo directamente al corazón del asentamiento de los rebeldes, la acompaña en la fuga, seduciéndola con sus encantos. Sin embargo, la confianza y la ciega fe en sí mismo colocarán un velo ante sus ojos y de este modo él mismo se convertirá en el ciego, ya no será capaz de ver la realidad y perderá el contacto con su misión y con su profesión, transformándose en víctima de una inteligencia superior y despiadada que no se detiene ante ningún obstáculo ante el beneficio que sus acciones pueden proporcionar a sus acólitos. Con el más puro estilo Wu xia, de capa y espada, Zhang Yimou, rueda esta aventura en la que se funde la historia, la aventura y el amor. Una leyenda en la que el color nos enardece el alma, en sintonía con las escenas que se ralentizan y aceleran para lograr un entendimiento más profundo y una inmersión en la acción, enmarcados por posiciones míticas logradas gracias a una observación minuciosa de pinturas antiguas y recientes. El rápido paso del tiempo con sus consecuentes cambios de estaciones nos dan cuenta de la velocidad y a la vez de la importancia del paso del tiempo. El sacrificio, punta de lanza de una historia de amor violenta y poco inusual, que partiendo de una doble intriga finaliza de forma simple y armoniosa. 
Silvia

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