viernes, 3 de mayo de 2013

DESPEDIDAS (おくりびと, Departures - Yôjirô Takita, 2008)

Daigo Kobayashi siempre tuvo el sueño de dejar atrás su pequeña ciudad, Sakata, y trasladarse a Tokio para ser violoncelista profesional. Y lo consigue, trabajando en una orquesta que interpreta la Novena Sinfonía de Beethoven. Pero poco después se queda sin empleo y, junto a su esposa, decide volver a Sakata a la casa que heredó de sus padres.
Una vez allí debe encontrar empleo, que consigue rápidamente tras una breve entrevista con el señor Sasaki en la agencia N.K. Sin saber muy bien de que trabajo se trata, pronto descubre que el señor Sasaki se dedica a celebrar ceremonias de amortajamiento, preparando a los difuntos para su funeral.
A pesar de la incomprensión y del rechazo de la sociedad en general, sus amigos e incluso su propia esposa ante la profesión en la que empieza a desenvolverse, Daigo continuará con este trabajo ya que descubre que en realidad, los sueños que siempre creímos tener no tienen por qué ser los que realmente queremos seguir.
Esta película, ganadora del Óscar de 2008 a la Mejor Película de Habla no Inglesa, muestra una gran delicadeza en el tratamiento del tema de la muerte y el dolor de los familiares del difunto, llegando incluso a introducir escenas de comedia, con un elegante y comedido sentido del humor.
La trama es fluida, amena, introduciendo escenas y planos de meticulosa belleza que se combinan con los escenarios naturales, rodados en la región de Yamagata (donde se sitúa Sakata, la ciudad de Daigo) y la banda sonora, realizada por Joe Hisaishi, quien también suele componer habitualmente para los Films de Hayao Miyazaki, del Studio Ghibli.
Irene


Esta peculiar cinta trata el tema de la muerte con una belleza visual difícil de encontrar en el cine actual. Un tema trascendente que viene presentado con una delicadeza y un cuidado similar al proceso de amortajamiento que los protagonistas del film ofrecen a sus clientes. Una historia sencilla enmarcada en innumerables metáforas sobre la vida, sobre la muerte como es natural pero también sobre el destino y el aprendizaje. Cuándo el protagonista toca el violonchelo, el instrumento se transforma en sus manos en un objeto que no sólo emite música si no que le devuelven a la memoria los recuerdos más ocultos de su infancia. Mientras toca, las imágenes fluyen transportándolo hacia el pasado, viviendo esos momentos como si fueran el presente, con lo cual el violonchelo se convertiría en un nexo con el pasado, con sus padres y la casa familiar. Su nuevo trabajo en la funeraria podría representar el segundo acontecimiento importante de su vida, un proceso de aprendizaje en el que debe cuestionar toda su visión de la realidad y someterse a la dura prueba de deconstrucción de sus esquemas mentales y su posterior reconstrucción para así poder aceptar una nueva profesión que se aleje totalmente de sus paradigmas anteriores. Un proceso de crecimiento que le llevarán a enfrentarse por primera vez con su mujer para culminar la experiencia del cambio radical en su vida. Su mujer, ofendida y humillada, se someterá al mismo proceso gracias a su capacidad para dudar de sus convicciones sociales y gracias a la observación por fin comprenderá la belleza que crea las manos de su marido y la paz que devuelve a los afligidos familiares del cuerpo sobre el que ejerce su profesión. Al igual que la imagen de los salmones que remontan la corriente, que luchan con todas sus fuerzas para llegar a su objetivo final, para una vez allí descansar por fin y después morir, así se enfrentará nuestro personaje contra la corriente de un destino ya escrito por su pertenencia social. No debemos perder de vista que en Japón las clases sociales determinan por completo, desde el nacimiento, la vida de sus ciudadanos. Importante es también la referencia a la teleserie norteamericana Six feet under. Dos historias paralelas desde el punto de vista de dos culturas radicalmente distintas cuyo punto común es el respeto a la muerte, con una concepción alejada de cualquier prejuicio o superstición presentándola como algo normal resultado de la naturaleza humana y desprovista de cualquier sentimiento contrario al amor que manifiestan hacia los difuntos que tratan.
 
Trailer 
Silvia

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