lunes, 26 de octubre de 2015

Matar a un ruiseñor de Harper Lee. (To kill a mockingbird, 1960)


Libro: Matar un ruiseñor, Harper Lee 1960
Película: Matar un ruiseñor, Robert Mulligan 1962

El libro narra tres años de la infancia de Jean Louise Finch, llamada familiarmente Scout, desde los 5 años hasta los 8, cuando cursa 3º. Es la única novela de su autora, que dota con tintes autobiográficos una historia que, aunque principalmente está narrada por Scout de pequeña, a veces introduce reflexiones del personaje de mayor, lo que le da una visión más adulta de los acontecimientos pasados.
La infancia de Scout transcurre en Maycomb, un pueblo de Alabama donde habita con su padre Atticus y su hermano Jem, ya que su madre falleció cuando ella tenía sólo 2 años. A través de sus páginas, nos habla de su familia, sus vecinos, sus amigos y diferentes anécdotas vistas a través de los ojos inocentes de una niña. Y esta inocencia, que se va perdiendo debido a los acontecimientos con los que se va encontrando a lo largo del tiempo, así como un gran poder evocador, es lo que marca principalmente el libro.
Atticus, el padre de Scout y Jem, es un viudo de 50 años, poco activo, gran lector y abogado del pueblo de Maycom. Tiene un particular modo de educar a sus hijos y demostrarles afecto, que frecuentemente diverge con lo que se espera de un padre dentro del contexto social de la época. Enseña a sus hijos a interesarse por el mundo y a ser objetivos e imparciales, en contra los prejuicios de la América Profunda en la que se encuentran. De hecho, cuando Scout está en el 3º curso, tiene lugar la II Guerra Mundial y en su clase hablan sobre Hitler, no concibiendo el maltrato que se les da a los judíos en Alemania y sin embargo siendo su propia sociedad profundamente racista.
Arthur Radley es uno de sus vecinos, también llamado Boo. Lleva años sin salir de casa de sus padres, lo que despierta la curiosidad de los niños y los intentos por interactuar con él. Atticus les pide que dejen de molestarle, pero a pesar de todo consiguen comunicarse con él a través de pequeños regalos que Boo les deja en el agujero de un árbol.
El juez de Maycomb encarga a Atticus la defensa de Tom Robinson, un negro acusado de intentar violar a una blanca. Atticus no sólo acepta el caso sino que se implica en él, esforzándose por demostrar la inocencia de Tom, lo que desatará el racismo de los habitantes del pueblo y la ira de Robert Ewell, el padre de la supuesta víctima, que jurará vengarse de los Finch.

La película, realizada sólo dos años después de la publicación de la novela, atestigua el gran éxito de la misma. Reduce la historia al verano del juicio contra Tom Robinson, centrándose en el racismo y los prejuicios de la época. Y también supone un cambio de protagonista, ya que en lugar de ser Scout la figura en torno a la cual se desarrolla la trama de la novela, en el caso de la película es Atticus, encarnado por Gregory Peck en uno de los mejores papeles de su carrera.
Pero ambas intentan mostrar que la inocencia y las acciones que provocan la pérdida de la misma son un crimen semejante al de matar un ruiseñor.
Irene


Aunque pocas veces recordemos los libros que han formado parte de nuestra historia nunca está de más volver a coger uno entre las manos, echarle un vistazo para que al final, unas pocas líneas leídas nos animen a leer más y más hasta que las páginas vuelen veloces entre nuestros dedos y que al final, cuándo el libro se agote, nos sintamos mal porque ya ha acabado el placer que nos daban unas palabras encadenadas entre ellas que tan poco significan por separado y que tanto nos dan cuándo se combinan acertadamente. Libro escrito en 1960 pero no por ello se muestra cómo una historia empezada y acabada. Nada más lejos de la realidad. Este libro no sólo nos habla de la lucha por los derechos civiles que tantas vidas y sufrimiento se cobró, sino que nos muestra que tanto ayer como hoy todavía existen personas que luchan por la justicia. Sin desdeñar el argumento principal, queremos referirnos al personaje de Atticus, un hombre, un abogado, un padre que aúna tres condiciones de la vida en un solo y lógico comportamiento. Cada palabra suya, cada acto está revestido de una responsabilidad que va más allá de la pura forma. Hombre de pocas y comedidas palabras, no concibe una vida en la que la verdad y el respeto no figuren como sus principales líneas de conducta. Un hombre que educa a sus hijos para que se conviertan en personas plenas, en ciudadanos conscientes de sus deberes y de sus derechos. Un hombre que nos se esconde en ninguna situación, que no da la espalda a nadie y que afronta la vida con la cabeza bien erguida y mirando justo en lo más profundo de los ojos de todos aquellos que deciden ponerse ante él. Por todo esto y por muchas más razones este libro es de profunda actualidad. La lucha no ha acabado, la sociedad se desmorona y este, junto a otros libros podrán indicarnos que es lo que estamos haciendo mal, hacia donde nos está llevando el camino torcido que hemos elegido tomar y cuál es la verdadera naturaleza de una sociedad por la que hay que luchar, conservar y mantener.
Silvia
 

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